La apuesta cristiana

La apuesta cristiana
Foto | Olga Vyshnevska (Unsplash)
El mes de noviembre siempre empieza con una fiesta cargada de esperanza: la solemnidad de Todos los Santos. El evangelio de este día, las bienaventuranzas, ya nos está apuntando que todos los santos, los conocidos y los anónimos, participan de la bienaventuranza eterna.

Los santos, cada uno a su modo, nos muestran que vale la pena apostar por Jesús y por el Reino. El compromiso por los pobres, los que lloran, los que son marginados… es camino seguro hacia la alegría del cielo y, en este mundo, camino de humanización y de felicidad. La memoria de todos los fieles difuntos no es nostalgia de los que nos dejaron, sino convicción de que participan plenamente del Padre. Con la seguridad de que también ellos rezan por nosotros y nos apoyan en la construcción de un mundo a la medida de Dios.

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