El cardenal Omella sobre el cambio climático: “Nos jugamos mucho”

El cardenal Omella sobre el cambio climático: “Nos jugamos mucho”
El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha insistido en que “nos jugamos mucho” en la lucha contra el cambio climático, especialmente “para las generaciones futuras”, en un encuentro con líderes religiosos a propósito de la última cumbre del clima.

En el acto convocado por la Comisión Episcopal de Pastoral Social y Promoción Humana de la CEE, con el lema “COP 26: el compromiso de las religiones con el cambio climático”, junto con el cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española, participaron el patriarca Archimandrita Demetrio, del arzobispado ortodoxo de España y Portugal; Mohamed Ajana, de la Comisión Islámica de España; Moshe Bendahan, de la Comunidad Judía de España y Alfredo Abad, de la Iglesia Evangélica Española.

Los representantes de las distintas confesiones religiosas, reunidos en una sesión que se transmitió por internet, coincidieron en señalar la urgencia de revertir el calentamiento global, y en la sensibilidad creciente de las religiones hacia el cuidado de la casa común, evidenciando que las religiones hoy en día son “un factor que impulsa el compromiso social y el trabajo por el bien común”, como destacó la presentadora y moderadora del encuentro, Mari Ángeles López.

Desde sus orígenes aunque no siempre con la adecuada atención, las distintas tradiciones espirituales han considerado la naturaleza como creación divina, dentro la cual la persona aparece como “jardinero”, “administrador”, “criatura”, “cocreador” y nunca como dueño absoluto, tal y como explicaron los líderes religiosos con numerosas referencias a sus escritos sagrados.

Las Iglesias cada vez más conscientes

El cardenal Omella reconoció que “quizás no hemos cultivado o enseñado en nuestra catequesis o acción pastoral tanto como debíamos” la preocupación por el medio ambiente, aunque precisó que la Iglesia ha tomado “más conciencia de la necesidad de cuidar el regalo de Dios que es la creación y la casa común”, entre otras razones, por la determinación de una juventud fuertemente implicada en la defensa de la naturaleza.

El presidente de la Conferencia Episcopal Española también destacó que el cambio tiene que empezar por uno mismo, por “el corazón”, si bien añadió que hay que incidir más en las instituciones para que se comprometan y sean ejemplo, por lo que animó a poner en práctica “el compromiso, el anuncio y la denuncia”.

La ética del cuidado

Igualmente, abogó por desarrollar “la ética del cuidado” en las relaciones comerciales, sociales y personales y subrayó que el cuidado de la creación no se limita a la naturaleza, sino que también abarca a las personas más necesitadas, como en este momento son los migrantes que “tienen que salir de su país por razones de guerra, de pobreza o ideológicas, de persecución”.

También hizo un llamamiento a los países desarrollados a prestar ayuda para que aquellos países que necesitan más evolución y más desarrollo lo puedan conseguir poniendo en práctica el “cuidado de la tierra” y persigan que todos sus miembros puedan “vivir dignamente”. De hecho, tomó la palabra para denunciar que no se han cumplido las promesas de destinar el 0,7% de la riqueza de cada país a la cooperación para el desarrollo.

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Cambio de modelo

El pastor evangélico Alfredo Abad, por su parte, explicó que hace falta un cambio de modelo, pues “la creación entera aún gime y sufre dolores de parto”. Aunque reconoció que el cambio de mentalidad radical es costoso, indicó que la humanidad ha de enfrentarse a su responsabilidad y trabajar por la justicia climática y planteó que la transformación “está más en nuestras manos, en nuestros estilo de vida y en lo que estamos dispuestos a aceptar como sociedad”.

El secretario de la Comisión Islámica de España, Mohamed Ajana, afirmó que “las leyes por sí solas no hacen efecto”, sino que “hace falta un compromiso social”, que las religiones pueden fomentar haciendo “más pedagogía”. También llamó a ir más allá del “beneficio inmediato, y pensar en el beneficio del otro y en el beneficio futuro”.

El rabino de la Comunidad Judía de Madrid, Moshe Bendahan, admitió la dificultad de educar en valores como la solidaridad, en una “sociedad materialista y egocéntrica”, en la que se habla del “calentamiento global”, a la vez que se produce un “enfriamiento espiritual”. Así defendió la educación espiritual dado que “la única posibilidad es cambiarse a sí mismo, mi única responsabilidad es mi transformación interna, pues no tenemos las llaves de los corazones de los otros”. Precisamente señaló que “superar el aquí y ahora, pensar en el más allá, es lo que hacen las religiones que miran más el largo que el corto plazo”, tan necesario para afrontar el cambio climático, en el que las consecuencias de nuestros actos no son inmediatas.

Ante el deterioro del medioambiente, , señaló que las confesiones religiosas “no podemos quedarnos indiferentes” y apostó por reflexionar y ver modos de acción conjunta: “Llegó el tiempo de actuar. ¿Cuánto tiempo puede uno ver y callar? Nuestra obligación es actuar y lo que pase luego ya no está en nuestra mano”.

Para el Archimandrita Demetrio, del Arzobispado Ortodoxo de España y Portugal, “la ecología no es la vuelta a la naturaleza salvaje”. El cuidado de la Creación, según su punto de vista, no solo implica el cuidado de la naturaleza, sino también de “lo más débil”, como “el embrión humano o una persona en estado terminal”. También denunció la tecnocracia y el individualismo que lleva a la persona decir “quiero y puedo, pues lo hago”. “Usar la técnica y los avances en imposición a la naturaleza es una tiranía” que, en su opinión, ocurre “cuando nos aislamos de la obra de Dios”.  “El hombre es entrega de Dios, es diálogo, relación con el otro, donde queda constituida nuestra personalidad”, dijo.

 

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