“Construyendo puentes Norte-Sur”. Vídeo del encuentro entre Francisco y jóvenes universitarios de las Américas

“Construyendo puentes Norte-Sur”: Un encuentro sinodal histórico entre el papa Francisco y jóvenes universitarios de las Américas para reflexionar sobre las migraciones.

Un este primer encuentro, convocado por Pontificia Comisión para América Latina en colaboración con la Loyola University de Chicago y una red de universidades de la Compañía de Jesús, en el que el Papa ha dialogado cuatro grupos de jóvenes universitarios de las Américas, representando a más de 21 países y 130 universidades, que están comprometidos en desarrollar procesos que transformen justamente las realidades ambientales y económicas relacionadas con la migración y la movilidad humana.

“Construir puentes es una parte integral de la identidad cristiana. Cristo viene a construir puentes entre el Padre y nosotros. Un cristiano que no sabe construir puentes ha olvidado su bautismo”, dijo Francisco.

Durante todo el tiempo que duraron las preguntas de los jóvenes, tomó notas en hojas de papel. Dejó que los jóvenes hablaran primero, y luego intervino ofreciendo sugerencias e indicaciones para el futuro. Dice que sería bueno que este espacio sinodal se convirtiera en una constante entre los jóvenes estudiantes y los Pontífices.

En el diálogo ha abordado el tema de la migración. Una chica sudamericana que había emigrado con su familia denunció el trato recibido: “No somos violadores, asesinos, drogadictos… Somos soñadores trabajadores que ofrecemos a este país lo mejor de nosotros mismos”. El Papa responde reiterando el teorema compuesto por cuatro verbos, útil para abordar lo que califica como “uno de los dramas más graves” de nuestro siglo. “Estamos viendo cómo la gente abandona su tierra por problemas políticos, guerras, problemas económicos, problemas culturales. El principio es muy claro: el inmigrante debe ser acogido, debe ser acompañado, debe ser promovido, debe ser integrado”, informan Renato Martinez y Salvatore Cernuzio, en Vatican News.

En este sentido, Francisco insiste en que los países deben decir “honestamente” cuántas personas pueden acoger, para que otros países puedan intervenir. De este modo, se desencadena la “fraternidad” necesaria para este mundo dividido. El Papa dice que es bueno insistir en el tema, porque concierne a todos, dado que muchos son “hijos de emigrantes”. “Yo mismo”, recuerda, “soy hijo de emigrantes”, miembro de una familia que dejó el Piamonte cuando “mi padre era un joven contable de 22 años”. El propio Estados Unidos es “un país de migrantes: irlandeses, italianos…” y “mi país, Argentina, es también un cóctel de migrantes”, dice el Papa. El tema, por tanto, nos interpela a cada uno de nosotros, especialmente a los universitarios que, subraya, deben afrontar, estudiar y hacerse cargo del problema a través de los tres lenguajes “de la cabeza, el corazón y las manos”, no cayendo en el riesgo de volverse “fríos, sin corazón”.

Francisco no deja de hacer un llamamiento a toda la Iglesia para que sea una Iglesia “en camino”, “en salida”, y no una “Iglesia museo estática”, donde todo está limpio y ordenado pero todo no funciona. Una Iglesia, por tanto, que se cuestiona a sí misma. A este respecto, Francisco cuenta una anécdota personal de cuando, hace años, en un barrio de Buenos Aires, vio a un cura transformar la parroquia en Navidad y Semana Santa en un comedor abierto a los inmigrantes y a quienes no tenían con quién pasar las fiestas: “Me impactó. Pero eso fue una bofetada en la cara que me cambió el corazón”.

Vídeo del encuentro

Redacción

Redacción de Noticias Obreras.