Manos Unidas llama a luchar contra las causas estructurales del hambre y la desigualdad

Manos Unidas ha lanzado su campaña anual, la número 63, “Nuestra indiferencia los condena al olvido”, con la que aspira a denunciar la desigualdad y combatir la indolencia que condena al olvido a millones de personas empobrecidas y hambrientas.

La presidenta de Manos Unidas, Clara Pardo, en la presentación de la campaña ha denunciado el incremento de la inequidad durante la pandemia y la ampliación de la brecha que separa a países pobres y ricos. Una desigualdad que muestra su crudeza e inhumanidad, por ejemplo, al comparar los datos de vacunación.

En España el 81% de las personas tienen ya la pauta completa de vacunación, casi el 50% incluso ha recibido dosis de refuerzo, mientras, en países como la República Democrática del Congo, tan solo un 0,4% de la población se ha puesto la primera dosis.

Además, ha recordado que tan solo el 1% por ciento de la población posee el 45% de la riqueza del mundo, mientras que casi 3.000 millones de personas no poseen ninguna riqueza. Esta desigualdad, ha comentado, “es la mayor amenaza para la humanidad, para toda la humanidad. Y la indiferencia y la inacción, sus mejores aliadas”.

500 millones de personas pobres más en el mundo

La desigualdad distribución de la riqueza amenaza con condenar a la pobreza a 500 millones de personas más, además de incrementar las ya de por sí “vergonzantes” cifras del hambre en el mundo.

“Combatir y denunciar las causas que perpetúan y acrecientan esas desigualdades es uno de los principales objetivos de Manos Unidas desde su fundación hace 63 años”, ha explicado Clara Pardo, quien ha comentado que la labor de esta ONG de la Iglesia no se limita a luchar contra el hambre,” una de las mayores lacras que afectan a la humanidad y que condiciona la vida de 811 millones de personas”.

También abarca la labor de “denunciar y combatir las estructuras injustas que perpetúan el hambre y la pobreza: la vulneración constante de los derechos fundamentales de millones de personas, la proliferación de las actividades extractivistas, el acaparamiento de tierras, la explotación laboral, la especulación con el precio de los alimentos y de las materias primas…”

El fracaso de la humanidad

La campaña de este año persigue acabar con la indiferencia ante el drama de gran parte de la humanidad y movilizar todos los esfuerzos posibles para cambiar las estructuras que generan la exclusión y la desigualdad en todo el mundo.

Así, Pardo ha advertido que “permitir que una sola persona muera de hambre, es permitir que la desigualdad, la indiferencia, el olvido y el abandono ganen una partida que nunca debería llegar a estar sobre el tablero y supone un auténtico fracaso para la humanidad”. Por eso, la presidenta de Manos Unidos ha reclamado a toda la sociedad una “reflexión profunda sobre el mundo que estamos creando”.

Manos Unidas persigue, con su campaña anual, “mover conciencias adormecidas y anestesiadas. Sacar lo mejor todo ser humano lleva dentro para combatir lo que el papa Francisco llamó, en ‘Evangelii Gaudium’, su primera encíclica, “la globalización de la indiferencia”.

“La muerte de miles de personas que ven su vida y sus sueños naufragar en su búsqueda de la paz y la estabilidad para ellos y sus familias, no es un espectáculo. Es un drama terrible que debería hacernos, si quiera, pensar en lo afortunados que somos por vivir en esta calle de la
aldea global”, ha insistido Pardo que se ha referido también a los conflictos bélicos que siguen activos actualmente, así como al drama de las migraciones forzadas por la propia guerra, la emergencia climática y la falta de oportunidades de desarrollo.

En la presentación, la presidenta de Manos Unidas ha estado acompañada por el doctor Carlos Arriola, presidente de la Asociación Santiago Jocotán, en Guatemala, que lleva más de 30 años trabajando en la región Chortí para luchar contra el hambre y la desnutrición a través del fortalecimiento de la soberanía alimentaria de las comunidades campesinas e indígenas, y el jesuita y promotor de proyectos en la Delegación Diocesana de Migraciones en Nador, Àlvar Sánchez, que ofrece ayuda humanitaria a la población en tránsito: solicitantes de asilo, refugiados, migrantes y desplazados.

Jose Luis Palacios

Redactor jefe de Noticias Obreras