Testimonio sobre la desigualdad social en África Central

Testimonio sobre la desigualdad social en África Central
«Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Marcos 12, 31). Son palabras de verdad implacable que deben guiar para siempre a todo cristiano y, por lo tanto, a todo movimiento de trabajadores cristianos en el mundo.

El ser humano, hecho a imagen de Dios, y Dios encarnación, manifestación suprema de la bondad, del amor inconmensurable, debe ser el humano, que somos, debe revelarse también como expresión de la bondad y del amor fraterno e imbuidos de una fraternidad esencialmente universal. Para tal fin imbuido de incisiva espiritualidad, el MTC, donde quiera que esté y en todo momento, debe luchar contra la extensión y las prácticas que tienden a agravar las desigualdades sociales.

A) El MTC ante el problema de las desigualdades sociales. Existen, en el contexto centroafricano como en otros lugares, diversas formas de desigualdades (sociales, económicas, patrimoniales) que observamos en nuestra vida cotidiana de ciudadano cristiano. Nos interesan principalmente aquí las desigualdades sociales que tienen varias facetas. Estas incluyen, entre otras.

Desigualdades de género: Si bien la Asamblea Nacional aprobó la ley de paridad de género, la brecha en el número de mujeres y hombres electos sigue abierta y la gran mayoría de hombres ocupan los altos órganos de decisión de dicha Asamblea Nacional. La misma situación de desigualdades sociales entre hombres y mujeres a nivel de gobierno es fundamental: de más de una treintena de ministros, actualmente solo hay unas siete mujeres ministras. Desde la independencia del país hace 62 años, solo una mujer ha accedido al cargo de presidente de la república en 2014 frente a ocho hombres que se sucedieron en dicho cargo desde 1958 hasta 2022. Dentro de la Universidad de Bangui actualmente no hay ninguna mujer ocupando el cargo de decana de facultad. Hay unos dos o tres directores, cuatro o cinco mujeres que asumen las funciones de jefe de departamento frente a más de treinta de hombres.

A nivel de las Fuerzas Armadas Centroafricanas, hay más hombres que mujeres y no hay ninguna mujer que haya alcanzado el grado de general del ejército hasta la fecha. En cuanto al transporte urbano de viajeros (mototaxis, taxis, autobuses), este es un trabajo exclusivamente masculino. A nivel del hogar, la gran mayoría de las mujeres realizan las tareas del hogar, cuidan los baños de los niños pequeños, las comidas, entre otras cosas.

B) El MTC ante el problema del desempleo. El advenimiento de la COVID-19: como en todas partes, las medidas draconianas tomadas tanto interna como externamente para limitar la propagación de esta pandemia, ha tenido efectos negativos en términos de movimiento de personas y bienes diversos y que ha llevado no solo a la desempleo de muchos trabajadores, sino también a la restricción de las ofertas de trabajo. Tal situación provocó en diciembre de 2021 la huelga de los docentes contratados por la Universidad de Bangui pero que tardaron en integrarse en la función pública centroafricana debido a las restricciones presupuestarias derivadas de la irrupción de la COVID-19.

La recurrencia de las crisis socio-militares-políticas: Las diversas crisis socio-militares-políticas recurrentes en la República Centroafricana no solo impidieron que las poblaciones rurales cultivaran sus campos, sino también el tráfico interestatal de bienes, particularmente en África Central, que tuvo efectos nocivos en ofertas de trabajo. La discriminación a nivel político, étnico, regional y de género ha constituido y sigue constituyendo un serio obstáculo para el acceso al empleo en la República Centroafricana. Con cada conquista del poder político por parte de un partido, siempre son los miembros de dicho partido y de la etnia del presidente de la república, los más privilegiados para ocupar diversos cargos.

Las deficiencias del sistema educativo centroafricano: Los programas de educación y formación son, en gran medida, inadecuados para los requisitos del mundo moderno y las necesidades básicas de las poblaciones actuales y, por lo tanto, son en gran medida inadecuados para los imperativos del mercado laboral actual. Además, los docentes y formadores de formadores reciben una formación inicial ineficaz y, por tanto, incapaz de conducirlos a despertar en los educandos a su disposición auténticos espíritu de innovación y creatividad en diversos campos de la experiencia humana.

En definitiva, ante los males que aquejan las condiciones de convivencia, el MCW de la República Centroafricana debe armarse con las palabras de Cristo: «Tuve hambre y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; forastero fui, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; Estuve enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis» (Mateo 25, 42-43). Los miembros del MTC centroafricano deben esforzarse verdaderamente por ser «sal y luz» entre los hijos de Dios, que encierra este maravilloso país que es la República Centroafricana, y traerlos de vuelta a él armándose también con las palabras del Cristo que enfatiza la igualdad entre los hijos del Creador del cielo y la tierra en términos de «ya no hay judío ni griego; ya no hay esclavo ni libre; ya no hay ni hombre ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús» (Gálatas 3, 28).

 

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