Correos: El modelo postal público en la encrucijada

Correos: El modelo postal público en la encrucijada
El gestor | Viñeta de Javiñetas
La Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, el operador público postal, es la mayor empresa pública española, una de las principales empresas del país por dimensión de capilaridad y capital humano, nada menos que 52.456 empleados en todo el Grupo Correos.

Hace más de tres años (2018) los trabajadores depositaron todas las expectativas en el cambio de Gobierno y la llegada a La Moncloa de un ejecutivo progresista. Y, también, en la palanca política de la que habíamos carecido durante años y que un presidente cercano a Pedro Sánchez podría traer a Correos, para garantizar su papel como un servicio público esencial dentro de un proyecto de país.

La caída del volumen de paquetes un 40% desde 2020 y descenso de un 10% del volumen de correo tradicional en 2021 (la carta), motivado por la renuncia explicita del presidente de Correos, Juan Manuel Serrano, a mantenerlo y, entre otras muchas cosas, por una irresponsable subida de tarifas que ahuyentan a la ciudadanía y a las empresas ha provocado 500 millones de pérdidas en tres años, más de 400 millones de déficit estructural y con préstamos por valor de más de 1.000 millones de euros. Sonroja ver al Gobierno mirando para otro lado ante datos económicos escalofriantes que han puesto a Correos en estado de «quiebra técnica»: el saldo de la compañía es negativo por primera vez en la historia de la sociedad, se han multiplicado por 90 las deudas del Grupo. Nadie había provocado un destrozo tan grande en Correos en tan poco tiempo.

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