La Iglesia de Málaga consternada por la muerte de 18 migrantes en la frontera sur
La Iglesia de Málaga expresa “su consternación” ante la muerte de 18 personas migrantes en la valla de Melilla y denuncia la vulneración de los derechos humanos en la frontera sur.
Las primeras informaciones apuntaban a que cinco personas habían perdido la vida y otras 76 habían resultado heridas, tras el intento de superar la frontera que separa la provincia marroquí de Nador de la ciudad española de Melilla.
A última hora de la noche de ayer, la agencia de noticias marroquí comunicó el fallecimiento de 13 heridos graves, por lo que el número total de fallecidos en el intento por traspasar la valla fronteriza asciende, hasta el momento, a 18. Las autoridades locales marroquíes desmintieron que hubieran muerto agentes del orden, si bien cifraban en 140 los policías heridos, cinco en estado grave.
En territorio español, el operativo para intentar contener la entrada masiva de 2.000 migrantes ha dejado al menos a 49 agentes de la Guardia Civil y 57 migrantes heridos de carácter leve, salvo tres que tuvieron que ser atendidos en el Hospital Comarcal de Melilla.
La Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) de Nador ha asegurado que el número de muertos de inmigrantes asciende a 27. “Un balance catastrófico que demuestra que las políticas migratorias son letales. AMDH Nador exige la apertura de una investigación para determinar responsabilidades”, ha manifestado la organización.
Trato inhumano
La Delegación Diocesana de Migraciones de Málaga y Melilla ha querido expresar su consternación ante los hechos registrados ayer en la frontera sur, al tiempo que advertía de la preocupante situación que se está viviendo en Nador: “el trato inhumano que están recibiendo estas personas, mientras se les impide solicitar asilo”.
“Tanto Marruecos como España han optado por eliminar la dignidad humana en nuestras fronteras, sosteniendo a toda costa que hay que evitar la llegada de personas migrantes, olvidando las vidas que se desgarran por el camino”, apunta la delegación diocesana de Migraciones.
Igualmente, remarcan que “las autoridades no pueden eludir su responsabilidad ante estos hechos, muchas de estas personas vienen huyendo de la guerra, de persecuciones y conflictos, la falta de vías seguras para solicitar asilo ha ocasionado estas muertes, los heridos y la alarma social”.
La delegación exige a las autoridades la protección de los refugiados, como marcan los tratados internacionales y recuerda que “más de 100 refugiados se encuentran en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla a la espera de que se decida o no su devolución a un país en el que han sufrido -y sufrirán- torturas y tratos inhumanos”.
Igualmente, expresan su preocupación por “la criminalización a los migrantes, por parte de la sociedad”, que no los considera “suficientemente dignos para participar en la vida social como cualquier otro, se ha olvidado que tienen la misma dignidad que nosotros”.
Respeto a la dignidad de la persona
Con el papa Francisco, coinciden en que “es inaceptable que un cristiano comparta esta mentalidad, nuestra fe está por encima de cualquier posición política y nos exige respetar la dignidad de cada persona, con independencia de su origen, color o religión. Nuestra actitud se debe regir por la ley suprema del amor fraterno”.
Termina el comunicado, afirmando que la Iglesia en Melilla está atenta, socorriendo al “extraño en el camino” y reiterando el compromiso de la delegación diocesana por denunciar “la vulneración de derechos en nuestra frontera sur” y acompañar a las personas para restituir su dignidad como hijos de Dios.
No a la externalización de la frontera
También la Coordinadora de Barrios ha expresado su “dolor e indignación” y ha denunciado “la ausencia de vías seguras obliga a las personas refugiadas a saltar la valla o lanzarse al mar en embarcaciones precarias u otros medios, poniendo en peligro su vida”.
A la vez exigen responsabilidades al Gobierno de España por las muertes, así como “una investigación que esclarezca los hechos” y a la Unión Europea que acabe con “su estrategia de externalización de fronteras, y promueva una política migratoria basada en la seguridad humana, en la protección de los derechos humanos y en las relaciones exteriores justas”.
Redactor jefe de Noticias Obreras
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