Seguir caminando juntos en comunión

Seguir caminando juntos en comunión
Foto | Vatican News

Cuando en mayo el papa Francisco convoca el sínodo, lo primero que pensé fue en lo afortunados que éramos en mi diócesis ya que, dentro de nuestro Plan Pastoral de Evangelización, el curso 2021-2022 ya estaba previsto que se dedicara a revitalizar la comunión en una Iglesia sinodal. El nacimiento de este Plan de Evangelización también era fruto de un caminar común, hace unos años nuestro obispo invitó a la diócesis a reflexionar sobre las opciones pastorales más urgentes para el siguiente trienio. 

Participamos desde las parroquias, movimientos, delegaciones para dar nuestra opinión y, entre todos, construimos el plan Pastoral de Evangelización. En palabras de nuestro obispo, el plan ha sido «un instrumento de comunión que ha nacido y queremos que se desarrolle en un espíritu de Sínodo. La Iglesia tiene nombre de Sínodo, decía un Padre de la Iglesia antigua. Sínodo es caminar juntos, unidos en la misma vocación y misión. Y este Plan de Evangelización tiene vocación sinodal». Inmersos en la programación de un proceso sinodal diocesano, el papa Francisco nos invitaba a ampliar nuestra mirada, participando con el resto de hermanos de la Iglesia Universal en este sínodo.

Dentro de la HOAC la sinodalidad, compartir y participar, la vivimos de manera activa ya sea en el equipo, en la diócesis o a nivel general, no solo hacia al interior del movimiento, sino también en la parroquia en la que vivimos nuestra fe o en los ámbitos dónde desarrollamos nuestro compromiso. Desde hace dos años formo parte del equipo de Apostolado Seglar y esto también ha supuesto una experiencia de sinodalidad, ya que junto con otros hermanos en la fe, pero con diferentes carismas, sumamos experiencias para animar a los laicos de nuestra diócesis, ya sean asociados o no, a que descubran su vocación laical. 

El plan Pastoral de Evangelización es
un instrumento de comunión que ha nacido
y queremos que se desarrolle
en un espíritu de Sínodo

Además, durante este año he participado en el equipo diocesano del sínodo, eso me ha supuesto conocer mejor mi diócesis, descubrir de primera mano el sentir de los que formamos parte de la Iglesia de Getafe. Después de la pandemia, este proceso ha ayudado a revitalizar los consejos pastorales de las parroquias, a retomar actividades, encuentros con otros movimientos, se han formado algunos consejos arciprestales de laicos, descubrir que cada uno con nuestro carisma formamos parte de un todo que nos trasciende. Más allá de mi diócesis, también he comenzado a participar en el sínodo de las mujeres, intercambiar junto con otras mujeres nuestra experiencia eclesial está siendo muy enriquecedor, aunque tengamos mucho camino por recorrer, me hace mirar con esperanza el futuro de la mujer en la Iglesia.

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Durante este año he vivido el proceso sinodal como una nueva oportunidad para sentirme Iglesia, aunque la fase diocesana esté llegando a su fin, este proceso no ha hecho más que empezar, nos ha hecho más conscientes de la necesidad que tenemos los unos de los otros y ahora es necesario seguir dando pasos juntos, solo trabajando en comunión, desde la escucha y poniendo al servicio los diversos dones de cada uno, es posible realizar nuestra misión de evangelizar.

 

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