Casi mil personas han muerto en la frontera sur en el primer semestre de este año

Casi mil personas han muerto en la frontera sur en el primer semestre de este año
En el primer semestre de este año unas 978 personas han muerto en las rutas migratorias hacia España, según el último informe del colectivo Caminando Fronteras.

La gran mayoría, unas 800 personas, se dejaron la vida en la ruta canaria. La vía argelina se cobró 101 personas, mientras que 35 perecieron en el mar de Alborán y 2 en el Estrecho. De ellas, 118 era mujeres y 41 menores de edad. A estas víctimas, hay que añadir las 40 que murieron en la masacre de Melilla-Nador.

Los datos recopilados por el Observatorio del Derecho a la Vida en la Frontera proceden de las comunicaciones de las comunidades migrantes, de los familiares de las personas en tránsito y de la mediación con las autoridades responsables de salvamento marítimo.

En el 87% de los casos no se ha recuperado el cuerpo de estas personas. “Estas personas están siendo lloradas y buscadas”, ha afirmado durante la presentación del informe la portavoz del colectivo Caminado Fronteras, Helena Maleno, quien apunta que seguramente el número de víctimas en las fronteras es todavía mayor.

La mayoría de las personas víctimas de las fronteras provienen de África Occidente, pero también de países como Siria, Yemen, Sri-Lanka, Bangladesh, Sudán y Sudán del sur, “personas expulsadas de sus territorios por determinadas violencias, conflictos bélicos, mujeres que huyen de violencia machista, por la persecución por su identidad sexual…”

Las muertes y desapariciones, según el informe, responden al estado de las embarcaciones, sobrecargadas y endebles, al largo tránsito que han de cubrir desde países como Senegal, Gambia, Mauritania, pero también a la falta de activación de los servicios de rescate y la falta de coordinación entre los Estados, que han optado por priorizar el control migratorio.

En el tiempo que analiza este estudio, se ha constatado la desaparición de 18 embarcaciones con todos sus integrantes, lo que hace imposible recabar testimonios directos de lo ocurrido. En Canarias se ha registrado el mayor número de naufragios, 28, seguido de los ocurridos en la ruta argelina, 11. Otros tres se produjeron en mar de Alborán y dos en Estrecho.

Masacre de Melilla-Nador

El informe se detiene también en analizar la masacre de Melilla-Nador, donde la organización contabiliza 40 muertos, incluyendo a los heridos que fallecieron días después del trágico 24 de junio en los hospitales.

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Para Maleno, lo ocurrido se entiende como consecuencia del ardor belicista y la militarización de las fronteras a raíz de la guerra de Ucrania y del acuerdo de Buena Vecindad entre España y Marruecos.

De hecho, gracias a las declaraciones recabadas, se han podido reconstruir los diferentes episodios que acabaron el salto a la valla de Melilla. “Durante dos meses hubo una persecución sistemática y violenta a las personas migrantes”, explica la activista de Derechos Humanos.

En el intento de cruzar la frontera fue repelido violentamente, provocando la muerte, según las informaciones recogidas, por disparos de bala, uso de porras eléctricas, patadas con botas, gases lacrimógenos, así como las heridas infringidas que en algunos casos no fueron debidamente atendidas. Al menos, tres personas fallecieron en el hospital tras complicarse las lesiones recibidas.

El 35% de los que participaron en el salto eran adolescentes y el 15% niños de entre 14 y 11 años. “Nos da la impresión, tras la investigación, que querían que esas imágenes se vieran, normalizar y justificar la violencia empleada para que a partir de ahora se sepa que se va utilizar la violencia, que va a ser necesaria”, ha comentado Malero, quien ha recordado que no se han hecho esfuerzos por identificar los cuerpos que están en la morgue”.

A su entender “la externalización y militarización de las fronteras se está traduciendo en detenciones arbitrarias, uso de la fuerza, discriminación racial, desplazamientos forzosos, violencia sexual a las mujeres y separación de los menores”.

Ni protección, ni justicia, ni reparación

Denuncia que frente a esta violencia “no hay resortes de protección, ni justicia ni reparación”, sino que se están criminalizando a quienes defienden los derechos humanos, en referencia a la acusación petición de condena de 11 meses de prisión por el intento de cruzar la frontera.

Al tiempo, ha señalado que estamos ante “una violación transnacional que operan los dos gobiernos para violar derechos”, dado que el Estado Español sigue practicando la devolución en caliente, hace oídos sordos a las demandas de asilo, a la protección debida a las víctimas de trata y la de asistencia a la infancia migrante.

 

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