Llamamiento a “soñar juntos por el trabajo decente” porque los sueños “nos ponen en camino”

Llamamiento a “soñar juntos por el trabajo decente” porque los sueños “nos ponen en camino”
Con una escenificación en la plaza de Anaya de Salamanca, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) ha invitado a la ciudadanía, organizaciones sociales e instituciones a “soñar juntos por el trabajo decente”, ante la dura realidad actual de las relaciones laborales.

Tras la  celebración de la Eucaristía, en la iglesia de San Sebastián, en el 125 aniversario del nacimiento del impulsor y primer militante de la HOAC, Guillermo Rovirosa, las más de 200 personas que asisten a los cursos de verano organizados por este movimiento de trabajadoras y trabajadores cristianos han respaldado este gesto público con el que promover la cultura del encuentro y sumar esfuerzos por un trabajo decente para todas las personas.

Durante la escenificación, han resonado con fuerza las palabras del papa Francisco en las que llama a que “soñemos juntos”, dado que los sueños “tienen la capacidad de ponernos en movimiento, de ponernos en camino” y porque “en este momento no alcanzan el cerebro y las manos, necesitamos también el corazón y la imaginación”.

Después de todo, ha dicho el Papa, “fueron precisamente los sueños de libertad e igualdad, de justicia y dignidad, los sueños de fraternidad los que mejoraron el mundo”.

Condiciones indignas de trabajo

“No, por más que insistan, no hay nadie de usar y tirar / Sí hay otra manera, otro modo de ser, vivir y trabajar / … / Trabajo digno para una sociedad decente / Trabajo digno y que vuelva a sonreír la gente”, cantaban los asistentes.

Una voz amplificada por la megafonía advertía de “condiciones laborales indignas que generan pobreza, exclusión, precariedad, falta de conciliación laboral y familiar, inestabilidad y abusos, enfermedad y muerte en el trabajo”, lo que está obstaculizando “la realización de sus proyectos de vida, personales, familiares y sociales”.

Al tiempo, diferentes personajes iban apareciendo en escena, encarnando algunas de las peores situaciones que han de soportar las personas trabajadoras, como el propio desempleo, la precariedad y sometimiento a los gigantes tecnológicos, la infravaloración de las tareas de cuidado mayoritariamente en manos de mujeres, la vulneración de derechos de las personas migrantes y la siniestralidad laboral.

Todas ellas irrumpían con algún elemento identificativo junto a sus respectivas “sombras”, con la cara cubierta por una máscara y carteles visibles en los que se podían leer algunas de las denuncias que la HOAC viene difundiendo.

La lectura en público ha proseguido para llamar a la esperanza, “a caminar en la esperanza”. “A soñar juntos” para situarnos “en otra lógica para construir humanidad”. No para perseguir, se oía, “ensoñaciones” o “espejismos”, sino para “imaginar otra realidad y buscar construirla juntos”. Después de todo, seguía el discurso, “los sueños de fraternidad se hacen realidad en la forma de vivir y actuar en la realidad cotidiana”.

Propuestas de fraternidad

La defensa del trabajo digno pasa por promover “el acceso a un empleo estable” y el respeto a “la dignidad esencial de toda persona”, pero también, en el momento actual, por “la reducción de la jornada laboral para conciliar y rescatar el tiempo creativo de las exigencias de la producción”, han ido explicando las personas encargadas de la lectura pública.

Además, durante este gesto público, se proponía la necesidad de seguir defendiendo “los derechos sociales”, como derechos humanos inalienables, y el cumplimiento estricto de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y las medidas de inspección y control que “eviten la enfermedad y la muerte”.

Las “sombras del trabajo, representadas por personajes que iban despojando a los protagonistas de algunas “pesadas cargas” y mostrando su rostro, convertían etiquetas como “pobreza y exclusión”, “inestabilidad y abusos o “muerte y enfermedad en el trabajo”, por otras como “conciliación de la vida laboral y familiar”, “derechos sociales y solidaridad con los vulnerables” o “salud en el trabajo”.

Mientras desde el altavoz se escuchaban llamamientos a la organización de los y las trabajadoras más vulnerables, precarias y desempleadas y recuperar la función generadora de cultura obrera del sindicalismo, a redistribuir la riqueza a través de “un ingreso básico o salario universal”, los personajes de la escena se unieron de las manos formando una línea con letreros que recogían estos reclamos. De fondo, una canción de Maldita Nerea, iba diciendo “Busca en tu corazón / Seguro que hay un sitio / Para que soñemos tú y yo“

Pero para que esto sea posible, hace falta, continuaba el narrador, generar procesos con las personas y dar prioridad a la formación, “una formación a ras de suelo, pero con miras más altas, que ayude a crecer y trascenderse”, potenciar espacios de “encuentro y crear puentes” entre el mundo obrero y la Iglesia, entre personas trabajadoras y sindicatos, “compartir recursos económicos y tiempo”, cambiar las prácticas de consumo, así como fomentar la economía del bien común, social y solidaria.

“Con tus manos y mis manos juntos / ya somos más / construyendo en el amor por un mundo mejor”, cantaba por la megafonía Joaco Terán, al tiempo que el público asistente y los actores y actrices jugaban con unos globos que pasaban de unas manos a otras, tal vez, tejiendo redes de complicidad con las que se levantan los grandes sueños de la humanidad.

 

Álbum de fotografías

Por Susana Castrillejo y José Andrés Pérez García

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