El Estatuto de las personas en prácticas encalla por la oposición de la patronal y la universidad

El Estatuto de las personas en prácticas encalla por la oposición de la patronal y la universidad
El último borrador del “Estatuto de las personas en formación práctica en el ámbito de la empresa” cuenta con el respaldo de los sindicatos –-la ejecutiva de CCOO ha votado a favor la propuesta y se espera que UGT haga lo propio en breve–, no así con el de la patronal, ni los rectores universitarios.

El acuerdo entre el Ministerio de Trabajo y los sindicatos establece la obligación de las empresas de contribuir a las cotizaciones ampliamente bonificadas de los estudiante en prácticas, la cobertura de gastos como desplazamiento, alojamiento o manutención…, así como la incorporación de las tareas al plan formativo individual.

Las organizaciones de trabajadores venían reclamando la delimitación clara de las prácticas no laborales dentro de los contenidos curriculares para la obtención de títulos oficiales. El nuevo Estatuto refuerza las garantías de los aspectos formativos y la adecuación a las normas legales establecidas por convenio colectivo. En caso de fraude constatado habrá presunción de laboralidad, por lo que la persona en prácticas adquirirá la condición de indefinida en la empresa.

También limita el número de personas en formación práctica a menos del 20% de la plantilla total de la empresa, salvo para las pequeñas empresas que podrán contratar a dos estudiantes en prácticas.

Habrá un período transitorio para la adaptación de los actuales acuerdos hasta 31 de diciembre de 2023, y de tres años para que las universidades adapten a la ley las actuales prácticas extracurriculares.

Para CCOO, el resultado de la mesa negociadora, junto con la modificación de los contratos formativos acordada en la reforma laboral, debe permitir que “la formación práctica no sea sinónimo de precariedad o excusa para una explotación sin más”.

Entiende el sindicato que estos cambios benefician a las compañías, “ya que la formación y las prácticas no laborales, con derechos, son herramientas claves para la mejora de la productividad de las empresas”, por lo que califica la negativa de la patronal a sumarse a este acuerdo como “mala noticia”.

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Oposición de los rectores universitarios

Los rectores de la Universidad han mostrado en un comunicado público una fuerte oposición a la nueva regulación de las prácticas, una “incomprensible laboralización de una actividad que es pura y esencialmente académica”, en su opinión, que “no tiene nada que ver con la mejora de la protección en Seguridad Social de los estudiantes en prácticas”.

La Conferencia de Rectores de las Universidades españolas (CRUE) tilda de “sinsentido” ofrecer prestaciones o subsidios sustitutivos de rentas de trabajo que no existen (incapacidad temporal o maternidad y paternidad, por ejemplo) o la novedad de que se atiendan en el ámbito de la Seguridad Social situaciones incapacitantes actualmente ya protegidas mediante otros instrumentos”, en referencia a la universalidad de la sanidad y los seguros escolares. También se han quejado, con contundencia, de que apenas se les ha tenido en cuenta en este proceso de negociación.

El tono empleado y algunas de las afirmaciones de los rectores han hecho reaccionar a CCOO, que ha salido al paso de sus críticas calificando de “bastante inaudito, casi vergonzoso, que desde las universidades españolas, en pleno siglo XXI, se apueste por un modelo de prácticas precarizante”.

Por si fuera poco, la respuesta sindical indica que el texto de los rectores “está lleno de imprecisiones, con afirmaciones sobre medidas que en ningún caso aparecen en el texto del acuerdo alcanzado”. En referencia al punto de las cotizaciones, el sindicato matiza que es algo que se está debatiendo en otra mesa de diálogo social, en el Ministerio de Inclusión, y Seguridad Social, además de ser “un compromiso que emana del Pacto de Toledo y comprometido en el acuerdo sobre reforma de la seguridad social”. Es más, desde la organización de trabajadores se achaca el retraso en las negociaciones, en parte, a “su intromisión para que no saliera adelante”.

 

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