La Pastoral del Trabajo de la Iglesia reclama una justa redistribución de la riqueza

La Pastoral del Trabajo de la Iglesia reclama una justa redistribución de la riqueza
En un comunicado, hecho público hoy, de cara a la celebración de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, la Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal defiende “una justa redistribución de la riqueza”.

“Toda la sociedad se siente afectada por la situación social y económica en la que nos encontramos”, se explica en la nota de Pastoral del Trabajo, que destaca que “la última crisis nos ha llevado a una situación de tensión, más allá del miedo y rechazo a la guerra”.

En estas circunstancias, se está produciendo “un empobrecimiento de la ciudadanía, que sufren más los trabajadores cuyos sueldos se están devaluando, con la consiguiente dificultad para hacer frente a gastos básicos”. Así, destaca que mientras el IPC ha llegado a situarse en el 10,8%, los sueldos pactados en convenio se sitúan, de media, en el 2,56%.

Todo ello, sigue la nota, está contribuyendo a “un aumento de la desigualdad en nuestro mundo, en el que los pobres cada vez son más, y más pobres, mientras los ricos siguen manteniendo su poder adquisitivo.

El departamento episcopal, integrado en la Pastoral Social, ha señalado como especialmente preocupante el todavía elevado número de personas desempleadas, de trabajadores que no llegan a fin de mes, de migrantes víctimas de la economía sumergida y el aumento de la siniestralidad laboral.

Pastoral del Trabajo recuerda que “la Doctrina Social de la Iglesia siempre ha reclamado una justa redistribución de la riqueza, y el trabajo decente es uno de los mejores cauces para ello”.

De ahí que haya suyas las palabras del papa Francisco, en las que alienta a toda la sociedad a buscar “soluciones que nos ayuden a construir un nuevo futuro del trabajo fundado en condiciones laborales decentes y dignas, que provenga de una negociación colectiva, y que promueva el bien común”.

Entiende el pontífice que esta es la base que “hará del trabajo un componente esencial de nuestro cuidado de la sociedad y de la creación. En ese sentido, el trabajo es verdadera y esencialmente humano. De esto se trata, que sea humano”.

Es fundamental el diálogo y el compromiso para que el trabajo esté fundado en condiciones laborales decentes y dignas

En el mismo sentido, la Pastoral del Trabajo subraya que “en estos tiempos de crisis es fundamental el diálogo y el compromiso por promover el bien común, para construir una sociedad sin excluidos, donde el trabajo esté fundado en condiciones laborales decentes y dignas”.

Termina el comunicado apelando a la solidaridad individual y colectiva, en la línea del manifiesto de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente, al recordar que “sin hombres y mujeres comprometidas, no será posible el trabajo decente”.

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