Sostenibilidad ambiental, equidad social y satisfacción personal, bases de una alternativa al desarrollo

Sostenibilidad ambiental, equidad social y satisfacción personal, bases de una alternativa al desarrollo
FOTO | Helen18255, vía Shutterstock

El paradigma de bienestar del transdesarrollo transmoderno persigue la satisfacción de las necesidades materiales e inmateriales de la gente por medio de un proceso de participación en el que se deciden, bajo los principios de sostenibilidad ambiental, equidad social y satisfacción personal, cuáles son dichas necesidades y qué medios deben emplearse para satisfacerlas.

Bajo este paradigma –en el que la naturaleza, la sociedad y la persona ocupan el centro de las preocupaciones de la gente– los seres humanos se sienten parte de diferentes comunidades y también parte de la naturaleza. Como partes de un todo, defienden la convivencia armónica entre los seres humanos y entre estos y la naturaleza.

Más allá de la modernidad

Este paradigma de bienestar se corresponde con un paradigma cultural o cosmovisión denominado transmodernidad y definido como una visión del mundo basada en un consenso intersubjetivo que interpreta todos los aspectos de la vida a partir de la combinación emocionalmente inteligente de postulados basados en la espiritualidad, la razón y la imaginación.

Con esta visión lo que se persigue es la realización de las múltiples expectativas de la gente por medio de su participación en proyectos interculturales consensuados y social y ambientalmente armónicos, encaminados a la construcción de una sociedad global feliz, poscapitalista y biocéntrica.

Más allá de lo local

Suele afirmarse que el transdesarrollo solo es viable a escala local, en ecoaldeas o en comunidades indígenas. También se afirma que los intentos por implementar el transdesarrollo a escala nacional en algunos países de América Latina han fracasado (Ecuador, Bolivia, Nicaragua, El Salvador…), dado que sus gobiernos han seguido implementando políticas desarrollistas que han profundizado su nivel de maldesarrollo.

No obstante, sigue habiendo intentos y propuestas que no renuncian a que el transdesarrollo pueda tener implementaciones más allá del ámbito local. Entre ellas estaría la propuesta de una agenda global alternativa a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, denominada Objetivos del Buen Vivir.

La propuesta de los Objetivos del Buen Vivir se articula en tres objetivos generales y veintiún objetivos específicos, encaminados a la consecución de las tres armonías (ambiental, social y personal) que deben caracterizar el buen vivir global (o el transdesarrollo global).

Los objetivos generales del buen vivir

Los objetivos generales serían:

  1. La sostenibilidad biocéntrica, que reflejaría la armonía con todos los seres de la naturaleza.
  2. La equidad social, que reflejaría la armonía con todos los seres humanos.
  3. La satisfacción personal, que reflejaría la armonía con uno mismo, con una misma.

Estos tres objetivos se encontrarían interrelacionados por lo que sería imposible alcanzar el buen vivir si no se cumpliesen simultáneamente los tres. No obstante, existiría una jerarquía entre objetivos: la sostenibilidad biocéntrica limitaría los medios para alcanzar la equidad social, y la sostenibilidad biocéntrica y la equidad social limitarían los medios para alcanzar la satisfacción personal.

Por tanto, en la construcción del buen vivir global, habría que tomar en cuenta, en primer lugar, a la naturaleza; en segundo, a la sociedad y, finalmente, a la persona porque la persona es parte de la sociedad y la sociedad es parte de la naturaleza.

Los objetivos específicos del buen vivir

La consecución de los objetivos generales requeriría de la consecución simultánea de los objetivos específicos. No pueden alcanzarse los tres primeros sin alcanzar simultáneamente los veintiún segundos. Además, los objetivos específicos presentarían fuertes interrelaciones entre sí, especialmente los que están enmarcados en una misma categoría.

Esta propuesta alternativa asume que el paradigma de bienestar al que debiera aspirar una agenda pos 2030 sería el de transdesarrollo transmoderno, que cuestiona abiertamente la modernidad como paradigma cultural, el desarrollo económico como paradigma de bienestar y el desarrollo sostenible como variante de desarrollo, y que propone ir más allá de dichos paradigmas y de dicha variante, sin negarlos completamente, pero trascendiéndolos.

 

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Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation.

The Conversation