“Necesitamos conocer la genealogía de las mujeres en la Iglesia, porque es nuestra propia genealogía de fe”

“Necesitamos conocer la genealogía de las mujeres en la Iglesia, porque es nuestra propia genealogía de fe”
Montse Escribano (i), Olivia Pérez y Ester Calderón en el encuentro del sector de la mujer de la HOAC
El pasado domingo, 15 de enero, la teóloga feminista, Montserrat Escribano, impartió la formación en el segundo encuentro del sector de la mujer de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) que tuvo lugar en Madrid, con la asistencia de una treintena de mujeres de diez diócesis diferentes. En ella, animó a las presentes a profundizar en la Biblia ya que, “hablar de Biblia es hablar de dónde venimos, es decir quiénes somos desde el punto de nuestra fe”.

La teóloga, inició su charla hablando de nuestro momento eclesial: “estamos en la era Francisco, que, desde el principio de su pontificado ha hablado de la alegría del evangelio y de la necesidad de abrir procesos, y los procesos, como este camino sinodal que también ha iniciado el Papa, se sabe dónde comienzan, pero no a dónde nos pueden llevar”.

A continuación, se adentró en la Biblia, “libro de libros” que según sus palabras, “es un dispositivo muy complejo y a la vez, muy sencillo”. El Testamento judío, al que habitualmente hemos denominado Antiguo Testamento refleja, según la ponente: “un mundo patriarcal”, pero en él también encontramos “a mujeres que son pilares fundamentales en la historia de la fe”. Así, Escribano se refirió a Sara, la mujer de Abraham, “nuestra madre en la fe (Gn, 17), a la que Dios descuadra porque, estando al final de su vida, le dice que concebirá un hijo, haciéndola descubrir que lo mejor está por venir”. También analizó la figura de Moisés y de la red de mujeres que le posibilitaron la vida: las parteras, la hija del Faraón, su madre y su hermana, etc.

Según la teóloga valenciana, en la Biblia también encontramos “textos muy duros y violentos, con violaciones, asesinatos, matanzas, y lo importante es saber cómo leerlos y entenderlos hoy”. A lo largo de los siglos, nuestro acercamiento a la Biblia se ha basado en “una lectura misógina y androcéntrica que aun se mantiene, y que nos hace preguntarnos, por ejemplo, ¿por qué ciertos textos en los que se narran historias de mujeres no se leen en las eucaristías de los domingos?”.

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Mirar a Jesús a través de las mujeres

En la segunda parte de esta formación, que Escribano dedicó a la relación de Jesús y las mujeres, se refirió a cómo, en los primeros siglos, la Iglesia creció y se extendió por la presencia de mujeres que “entendieron quién era Jesús y se organizaron para recordarlo, hacerlo presente en la Eucaristía y atender a los más pobres de la comunidad”. Por ello, es importante, según afirmó: “que seamos capaces de mirar a Jesús a través de las mujeres que se relacionaron con él, como su madre, María, y otras mujeres que aparecen en el evangelio”.

Para la teóloga feminista: “Necesitamos conocer la genealogía de las mujeres en la Iglesia, porque es nuestra propia genealogía de fe, porque nos dice también quiénes somos”.

 

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