Justicia social en una economía para la vida

Justicia social en una economía para la vida
Foto | OIT

Es con este tema que los delegados de los cuarenta movimientos miembros del Movimiento Mundial de los Trabajadores Cristianos (MMTC), provenientes de cuatro continentes, se reunirán en Lourdes (Francia) del 24 al 31 de marzo de 2023 para compartir la vida y las acciones realizadas en los diferentes países y definir juntos el plan de acción del movimiento internacional para los años 2023-2027, en el marco de su XIV asamblea general.

Para implementar una verdadera justicia social, es importante obligar a los gobiernos de todos los países a emprender políticas sociales fuertes para: erradicar la pobreza y el hambre a través de la agricultura sostenible, la energía limpia y asequible, el acceso al agua potable y al saneamiento, desarrollar un sistema de salud y bienestar, una educación de calidad, promover la igualdad, el trabajo digno, la reducción de las desigualdades, el consumo y la producción responsables, la lucha contra la calentamiento global, etc.

Los desafíos son inmensos, los obstáculos muchos. Cada uno está llamado a participar allí donde está. De hecho, es el Dios Creador quien llama a los trabajadores a comprometerse colectivamente en la construcción de un mundo de paz y justicia que respete a los más débiles.

Este seminario pondrá de relieve todos los esfuerzos realizados por cada movimiento durante el período tan difícil de la pandemia: mantenimiento de contactos a través de Internet, visitas a miembros que están aislados o en dificultades económicas debido a la pérdida de su trabajo, solidaridad con los enfermos, colectivo acciones para una mejor cobertura del desempleo, etc.

A través de la parábola de la viuda, en el Evangelio de Marcos (12, 41-44), Jesús destaca la importancia del gesto de esta mujer que da lo que sin embargo le es necesario para vivir cuando muchos no dan solo lo superfluo.

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Es así como en cada país, a partir de la realidad vivida localmente y de su propia cultura, los movimientos del MMTC ponen en práctica el compartir y la solidaridad y así hacer descubrir, en la vida cotidiana, la importancia de pertenecer a un Pueblo, el de trabajadores.

Durante este seminario, compuesto de diálogos, intercambios, debates, oraciones, celebraciones, fiestas también, cada delegado se encontrará con otro que es diferente por su lengua, su cultura, su historia. Será llevado a abandonar las certezas, a dejarse penetrar por la palabra del otro, a descubrir otras realidades. Juntos, los delegados buscarán un camino común, animados por la misma fe en Cristo resucitado. En una civilización globalizada que aboga por la economía de mercado como única solución pero donde, de hecho, sólo una minoría se enriquece, se abrirán vías para demostrar que otro mundo es posible.

Sobre la base de las grandes orientaciones adoptadas en conjunto, cada país, cada región del mundo será invitada a definir mejor su plan de acción (ACCIÓN) para corresponder tanto a su realidad local como al proyecto de creación divina que propugna a corto y largo plazo, el establecimiento de un reino de amor, justicia, compartir, misericordia, paz.

Ciertamente, este reino no se realizará plenamente hasta el final de los tiempos. Pero, damos a nuestra acción humana, por más justicia, igualdad y fraternidad, una dimensión evangélica para anunciar la Buena Noticia de Cristo resucitado en el Pueblo de los trabajadores. Estamos llamados a convertirnos en profetas.

¿No es esa la meta de nuestro Movimiento de Trabajadores Cristianos?

 

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