El centro social de Altabix en Elche lleva el nombre del militante obrero cristiano Manuel Canales Espinosa

El centro social de Altabix en Elche lleva el nombre del militante obrero cristiano Manuel Canales Espinosa
FOTO | Familiares de Manuel Canales; el alcalde de Elche y miembros de la corporación municipal
El Ayuntamiento de Elche ha renombrado el centro sociocultural de Altabix en recuerdo de Manuel Canales Espinosa, militante de la HOAC profundamente comprometido con el barrio, fundador y miembro de su asociación vecinal, de la que fue durante muchos años su secretario.

El alcalde ilicitano, Carlos González, acompañado por integrantes de su equipo de gobierno, como el concejal de Derechos Sociales, Mariano Valera, descubrió, junto con la familia, la placa con el nombre del homenajeado ante las más de 200 personas presentes en el acto, familiares, amigos, gentes del barrio, de la asociación vecinal, de CCOO y compañeros de la HOAC.

En su intervención, rescató la impresión que le causó Manolo cuando le conoció: “Me pareció una persona íntegra, reivindicativa y que destilaba honestidad y con unas ganas profundas de que Altabix prosperara por aquel entonces, cuando el barrio tenía importantes necesidades”.

También se refirió a su compromiso con las personas y familias del barrio y especialmente a su empeño en sacar adelante la organización vecinal. “Nos encontramos con una asociación obrera que tenía muy claro que era lo que necesitaba el barrio para mejorar y transformarse. Si hoy Altabix es uno de los mejores barrios de Elche dotado de servicios es producto del esfuerzo de una asociación liderada por un hombre comprometido con su barrio que quería la mejora de las condiciones de vida de las personas”, aclaró el alcalde.

De hecho, reconoció que “el centro social de Altabix se construyó por su tenacidad y sus ganas de que el barrio tuviera un espacio que estuviera a la altura de las exigencias y necesidades de sus vecinos y vecinas”.

Una de las integrantes de la asociación, profesora de Yoga, Charo Ribera, recuperó sus vivencias junto a él en la preparación de talleres con los que recaudaban fondos para las personas que más lo necesitaban. De él mencionó que era “una persona muy creyente y entregada a los demás, le importaba mucho que la gente estuviera bien y el que menos tuviese pudiese contar con ayuda”.

El actual presidente de la asociación vecinal de Altabix, José Luis Sola, también declaró que “el barrio es lo que es gracias a la implicación que Manolo tuvo durante muchos años” y lo ha descrito como “un hombre afable, sencillo y trabajador que antepuso los intereses del barrio a sus intereses personales y familiares”.

“Manolo fue una persona muy reivindicativa y luchadora no solo desde el movimiento vecinal sino también del sindical a través de CCOO o Cáritas. Siempre luchó contra las injusticias. Junto a los socios de la asociación siempre argumentó y defendió las ideas que creía más coherentes frente a quien fuera necesario. Su perseverancia no le hizo temblar ante cualquier institución y gracias a su convicción muchas de estas propuestas de la asociación se pudieron hacer realidad como la Lonja o este Centro Social que sin duda ha dinamizado el barrio”, añadió.

La buena política

Su hijo Abraham Canales Fernández, militante de la HOAC de Valencia y actual director de Noticias Obreras, en nombre de la familia, no solo agradeció el gesto, sino que además tomó la palabra para compartir algunas de las claves de la vida y el compromiso de este hombre íntegro y tenaz al que se la ha dedicado una instalación municipal en el barrio por el que tanto luchó.

Así, explicó que “con la nueva denominación de este centro social, nuestra familia cede parte de Canales al barrio, con la esperanza de impregnarlo con su legado” y matizó que “una buena forma de continuarlo es seguir atendiendo sus necesidades sociales y culturales, acoger a la gente trabajadora que, como él, viene de fuera”.

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Consciente de que no es algo que se pueda realizar de forma individual, el hijo de Manolo Canales explicó que su padre tampoco pensaba que él solo pudiera lograr avances para el barrio. “Necesitamos de la comunidad del compromiso compartido”, afirmó, para nombrar también a su madre, Rosario, “quien se ocupó de todas aquellas tareas relacionadas con el cuidado familiar, tan escasamente reconocido todavía: el suyo y el de tantas mujeres, permitiendo a Manolo que tuviera tiempo para dedicarlo a los demás. Pero sobre todo, le acompañó en primera línea, incapaz de quedarse ‘inmóvil al borde del camino‘ y de callar para que la injusticia, ese mal consentido, no tuviera la última palabra”.

Hombro con hombro para saciar el hambre y sed de justicia

Además, su hijo insistió en la dedicación de Manolo a su barrio como “expresión de la política, en su sentido más noble y amplio; como cauce de denuncia de las injusticias que atentan contra la dignidad de las personas, de luchar contra las causas que la provocan; y como espacio servicio y de participación en esa búsqueda del bien común que quiso hacer con la gente más pró-ji-ma”.

De hecho, destacó “su empeño en llamar a la asociación vecinal, del ‘barrio obrero’ de Altabix, porque esa era su realidad, la de aquellos trabajadores y trabajadoras (en su mayoría procedentes de la Vega Baja, Andalucía…) que abastecían ‘de mano de obra’ la industria del calzado, que literalmente rodeaba el barrio”.

Pero también rescató su participación en el movimiento asambleario de 1977,  que “no fue más que la expresión de ‘hambre y sed’ de justicia de miles de trabajadores del calzado, luchando por alcanzar un convenio colectivo, que les permitiera unas condiciones de vida más dignas”. Aunque Manolo era un trabajador de la Lonja, no dudó en unirse por “amistad”, por “solidaridad y militancia”.

Igualmente destacó una de la faceta más característica de su padre, “un hombre abierto a la propuesta y al diálogo” en la búsqueda de soluciones a los problemas del barrio, lo que le llevó a mantener “una relación constante con los diferentes gobiernos municipales, no siempre amable, porque no rehuía el conflicto”.

“A Canales era fácil encontrarlo implicado en lugares comunes por la justicia social, en el sindicato CCOO y en toda expresión de movilización (recuerdo especialmente la del 0,7% y la de carril bici…), y era fácil también encontrarlo en la parroquia, celebrando ‘la fraterna y subversiva Eucaristía‘, porque su compromiso político estaba íntimamente unido y alimentado de una profunda fe. Una espiritualidad que forjó en la HOAC, un movimiento de trabajadores y trabajadoras cristianas, en el que militaba, llamado a dar a conocer el proyecto de humanización y de justicia de Jesucristo en el mundo del trabajo y en sus ambientes”, explicó Abraham Canales, que detalló que “desde ahí fue configurando su amor por las personas más empobrecidas, las que más dificultades tienen para llegar a fin de mes; su estilo de vida austero y fraterno. Intentando ser lo más coherente posible en la ‘capacidad de dar y volver a dar hasta expropiarse de todo‘ para vivir con lo necesario”.

“A Manolo Canales quiero recordarlo / montado en su bicicleta, / con sus tirantes rojos, / sus calcetines rojos, / su corazón entregado, / assumint la veu d’un poble,  / sin rendirse nunca, /
Sin llenarse de calma, que diría Benedetti / celebrando la vida / y retomando los cielos”,  concluyó

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