Coherencia

Coherencia
Eucaristía celebrada en la catedral de Segovia durante la XIV Asamblea General de la HOAC. FOTO | Yeli

La celebración, a mediados de agosto, de la Asamblea General de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) en Segovia, debería darnos mucho que pensar a la iglesia y a muchos sectores de la sociedad.

La HOAC, no es una “asociación piadosa” que algunos piensan al ver en sus siglas la denominación de “acción católica”, ni algo del pasado –“ah, ¿pero todavía existe?”–, expresión de muchas personas, incluso miembros activos de la Iglesia. Definen bien lo que son en el comunicado final de su Asamblea: “Queremos ser comunidad que vivimos, desde la experiencia gozosa de encuentro con Jesucristo, y de la acción del Espíritu Santo en nosotros, la comunión de vida, bienes y acción en el seno de la Iglesia y del mundo obrero y del trabajo, con un mensaje eclesial renovador y comprometido en la sociedad de hoy”.

En este comunicado, en coherencia con el lema de Asamblea “Tendiendo puentes, derribando muros. Iglesia en el mundo obrero tejiendo vínculos de fraternidad”, describen una situación social con unas constataciones, difícilmente rebatibles:

— “Nuestro modelo económico y cultural descarta a la persona e idolatra el dinero, devastando las relaciones sociales y la tierra que habitamos: “Nos hemos acostumbrado a lo inhumano, hemos aprendido a tolerar lo intolerable.

— La existencia de unas enormes y crecientes desigualdades económicas, sociales y ambientales, cada vez más normalizadas, son un poderoso mecanismo de empobrecimiento y exclusión del mundo obrero y constituyen el reto más importante que tienen nuestras sociedades.

— Una mayor y creciente desvinculación social debilita la democracia”.

“Hemos vuelto a sentirnos interpelados, afirman, por la realidad y el clamor de las personas empobrecidas del mundo obrero, que nos plantean retos importantes para nuestra misión evangelizadora como: hacer frente a este sistema inhumano y deshumanizador, afrontar las causas estructurales de la desigualdad y empobrecimiento; y crecer en la conciencia de que “el medio ambiente es un bien colectivo, patrimonio de toda la humanidad y responsabilidad de todos” (LS 95).

El mensaje del papa Francisco a los participantes en esta Asamblea de la HOAC es alentador y clarificador: “Quiero hacer hincapié en la necesidad de ser una Iglesia que acompaña desde las periferias del mundo del trabajo. Nuestro compromiso no puede limitarse a discursos o acciones aisladas, sino que debe ser un testimonio constante de solidaridad y apoyo hacia aquellos que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad laboral y social. Ser una Iglesia que acompaña desde las periferias implica estar cerca de aquellos que sufren la precariedad laboral y la falta de oportunidades. Debemos ser una presencia activa, caminando con ellos, escuchándolos y colaborando en la búsqueda de soluciones justas y duraderas. Nuestra labor como cristianos no se limita a los muros de nuestras iglesias, sino que nos impulsa a salir al encuentro de aquellos que más necesitan de nuestro amor y nuestra fraternidad”.

Como expresión de su “compromiso de seguir sintiendo con Cristo, con la Iglesia y con el mundo obrero empobrecido”, coherencia entre vida y fe, la Asamblea ha aprobado las siguientes Resoluciones como manifestación de su preocupación y compromiso con las personas más débiles:

  • Con los trabajadores y trabajadoras migrantes debemos actuar como “samaritanos colectivos”, ante su situación de vulnerabilidad y sufrimiento y buscar soluciones justas.
  • Defendemos una política para la fraternidad, porque es “la mejor política puesta al servicio del verdadero bien común”.
  • Por la igualdad y ante la feminización de la pobreza, hemos de seguir recreando la comunidad de iguales que Jesús creó, generando procesos de liberación de la mujer y del hombre que rompan con los roles culturalmente establecidos y nos libere del sistema.
  • En defensa de los servicios públicos debemos poner en el centro la dignidad de cada persona, atender a sus necesidades vitales y posibilitar desarrollarse en todas sus potencialidades.

Al igual que la HOAC en el mundo del trabajo, otros movimientos de Iglesia que configuran la Acción Católica Especializada en la Iglesia de España, trabajan por construir el Reino de Dios en otros ambientes: el mundo rural, profesional, juvenil estudiantil y obrero, sanitario y de la discapacidad. Da mucho que pensar el desconocimiento y poco apoyo de estos movimientos en amplios sectores de la Iglesia.

 

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