Iglesia por el Trabajo Decente demanda medidas para garantizar la vida en el trabajo

Iglesia por el Trabajo Decente demanda medidas para garantizar la vida en el trabajo
La iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), ante la celebración de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente del 7 de octubre, demanda medidas para combatir la “triste lacra” de la siniestralidad laboral.

Este año las organizaciones que forman la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), promovida por Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, Juventud Estudiante Católica (JEC), y Juventud Obrera Cristiana (JOC), no han tenido más remedio que denunciar que “la siniestralidad en el trabajo aumenta en lugar de disminuir”, por lo que reclama considerar “la falta de salud laboral como un problema social que requiere de soluciones colectivas”.

La siniestralidad laboral es una de las caras de la actual precariedad laboral que viven muchas personas trabajadoras en nuestro país y en otros rincones del mundo.

“Miles de personas siguen hoy en día sin acceso a trabajo, mientras las condiciones precarias siguen instaladas entre la clase trabajadora, perpetuando la vulnerabilidad”, dice el manifiesto hecho público hoy por la iniciativa.

Igualmente, llama la atención sobre la “preocupante” situación de los trabajos feminizados (limpieza, cuidados, enfermería…) donde abundan las enfermedades relacionadas con las cargas esqueleto-musculares y también sobre los problemas de salud mental que siguen abordándose “ desde el punto de vista económico y no desde la perspectiva humana.

Precisamente la preocupación por el bienestar mental es una de las causas prioritarias que explican el abandono del puesto de trabajo, junto con la búsqueda de mejores condiciones y mayores posibilidades de conciliación, según un reciente informe elaborado por Esade.

Las organizaciones eclesiales en defensa del trabajo decente proclaman, como dice el lema de su campaña, que “Un Trabajo Decente tiene que ser un Trabajo Saludable”. Con el papa Francisco, entienden que el trabajo no puede considerarse como un castigo para las personas, sino que “es lo que hace al hombre semejante a Dios, porque con el trabajo el hombre es un creador, es capaz de crear”.

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De ahí que este año reivindiquen con especial énfasis la necesidad de promover un trabajo que preserve la salud y contribuya al bienestar de la comunidad, por lo que reivindican “la implantación y el cumplimiento de los medios de prevención de riesgos laborales”, así como avanzar hacia “la humanización del trabajo” y ““un compromiso de promoción del trabajo decente que evite la exclusión y la precariedad” de las Instituciones y Administraciones.

Desde 2015, esta iniciativa persigue reivindicar el Trabajo Decente siguiendo las palabras del papa Francisco: “No hay peor pobreza material que la que no permite ganarse el pan y priva de la dignidad del trabajo” y el objetivo nº 8 de la agenda 2030 de la ONU: “Trabajo decente como la oportunidad de realizar una actividad productiva que aporta un ingreso justo, seguridad en el lugar de trabajo y protección social para las familias”.

Las diversas entidades de Iglesia que se aglutinan en ITD tienen previsto salir la semana que se celebra esta jornada mundial a andar o a caminar en sus respectivas diócesis con el dorsal, que lleva por lema “Trabajo decente, trabajo saludable”. Todas las personas que participen llevarán el número 071023, día de la celebración de esta efeméride. Al final del recorrido, leerán el manifiesto.

 

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