Sebastián Mora: “Necesitamos revitalizar los espacios participativos”

Sebastián Mora: “Necesitamos revitalizar los espacios participativos”
Sebastián Mora Rosado es doctor en Sociología y profesor de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Comillas, donde imparte Cristianismo y ética social. Fue secretario general de Cáritas Española. Este martes 24, a las 19:30 horas, dará la ponencia inaugural La cultura de la participación de la Escuela de Formación Sociopolítica y Fe Cristiana de la Diócesis de Canarias, que se puede seguir por Zoom, previa inscripción aquí. Para Mora, la complejidad de la sociedad hace que “se exija un experto que resuelva nuestras cuestiones, más que comprometernos en lo que queremos”.

¿Qué va a plantear en su ponencia sobre la cultura de la participación?

En primer lugar, intentar hacer una caracterización de cómo está la participación en los distintos niveles de nuestra sociedad, la participación política, la participación en las asociaciones y la sindical. De alguna manera la participación en los elementos institucionales ha bajado en los últimos años de una forma considerable. A partir de ahí hacer también un análisis de cómo está la participación en el mundo eclesial en el marco también del proceso sinodal. Y acabar dando unas claves que son necesarias para potenciar la participación como un principio básico de la Doctrina Social de la Iglesia, como un principio básico de las sociedades democráticas. No podemos no unir la participación política de la participación civil en las asociaciones, incluso la participación eclesial dentro de este marco global.

¿Cuál es la realidad de la participación sociopolítica?

Tanto la formal, dentro de partidos e instituciones, como la informal ha ido decreciendo tanto cuantitativa como cualitativamente. De alguna forma necesitamos un rearme o una revitalización de los espacios de participación formales y los informales como pueden ser movimientos sociales o movimientos de otra índole.

¿A qué se debe que haya disminuido tanto la participación?

Tiene que ver con una corriente individualista muy intensa. Una de las características éticas de nuestras sociedades es el individualismo, con lo cual participar con otros es casi perder el tiempo. Hay un segundo nivel que tiene que ver con el descreimiento de lo institucional. Tenemos una baja confianza en las instituciones. Entonces, por qué voy a participar en el mundo sindical si no me fio del sindicato, por qué en un partido político si no me fío de los partidos. En tercer lugar, yo creo que tiene que ver con la complejidad de la sociedad en la cual nos movemos, donde muchas veces más que participación lo que exigimos es que un experto venga a solucionarnos la cuestión, que venga un arquitecto y que nos diga cómo tiene que ser el parque, más que comprometernos en qué parque queremos, cómo queremos construirlo y para qué lo queremos.

¿Esa escasa participación también se refleja en la bajada presencia en las entidades católicas?

Sin duda también. El individualismo nos transita a todos y la baja confianza en las instituciones eclesiales nos transita también a todos. Los cristianos no somos tan diferentes muchas veces como nos creemos de las personas no creyentes, sino que somos parte de la misma sociedad.

¿Hay alguna causa específica eclesial?

No. Yo creo que la desconfianza en la institución eclesial puede ser mayor o menor, pero forma parte de un conjunto de desapego a todas las instituciones. Es verdad que en la institución eclesial sí hay un factor muy clave, que tenemos una Iglesia muy poco participativa culturalmente y muy jerárquica. Y eso nos hace que los espacios participativos sean muy menores, con lo cual baja la participación.

¿El proceso sinodal puede fomentar una mayor colegialidad y participación?

Puede ser un buen comienzo y un buen marco, pero por sí solo no va a incrementar automáticamente la participación, porque a participar se aprende participando. Creo que la Iglesia tiene mucho recorrido para que aprendamos, no la Iglesia institucional solo, sino los laicos, los sacerdotes, los religiosos, todos los que formamos el pueblo de Dios tenemos muy poca cultura de participar en lo eclesial. Y eso va necesitar muchos años por delante. El sínodo sí va a abrir un camino que va a ser importante y esencial.

¿Cómo valora iniciativas como la Escuela de Fe y Política?

Uno de los elementos básicos que tenemos en nuestra sociedad es cómo podemos formar la conciencia social de los cristianos. Y todas las experiencias de escuela, de espacios y de itinerarios formativos y educativos de la conciencia del pueblo de Dios para que aumente su compromiso social desde una base teologal, desde una base social y política son esenciales y básicos. Estamos en un momento de incertidumbre, de complejidad, que exige en estos tiempos líquidos personas sólidas. Y esta Escuela como otras iniciativas son básicas e importantes.

 

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