Trabajadores cristianos de Córdoba reclaman una política “al servicio del verdadero bien común” que atienda las situaciones de pobreza

Trabajadores cristianos de Córdoba reclaman una política “al servicio del verdadero bien común” que atienda las situaciones de pobreza
La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Córdoba, movimiento de trabajadoras y trabajadores de la Iglesia diocesana, reclama una política de fraternidad “al servicio del verdadero bien común” para atender las situaciones de pobreza.

Con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres, que la Iglesia universal convoca y celebra el próximo domingo 19 de noviembre, la HOAC de Córdoba ha realizado esta mañana un gesto público y una rueda de prensa, para presentar la declaración titulada No apartes tu rostro del pobre (Tb 4, 7), igual que el mensaje del papa Francisco para esta séptima jornada.

En su texto, este movimiento especializado de la Acción Católica Española ha señalado las distintas realidades de pobreza que “se perpetúa” en una comunidad como la de Andalucía que “sigue liderando la lista de comunidades con los barrios más desfavorecidos”.

Aproximarse a la situación de la diócesis de Córdoba significa conocer que existen 3 de los 15 barrios más pobres del país. En concreto, Las Palmeras-Parque Azahara, con una renta media por habitante de 7.483 euros; el Polígono Guadalquivir, una renta media de 7.488 euros; y el Sector Sur, con 8.182 euros, según el informe Urban Audit del Instituto Nacional de Estadística. Significa saber que miles de personas quieren trabajar y no pueden, con datos de desempleo superiores a la media nacional y de la comunidad andaluza, el 21,81% frente al 11,60% y el 18,68% respectivamente, “siendo las mujeres mayores de 45 años las más afectadas”, apuntan. E implica reconocer que el derecho básico a la vivienda “resulta inaccesible para muchos colectivos” y los desahucios, en cifras muy altas: 436.

Atender el grito, tantas veces silenciado, del empobrecimiento

El barrio, el trabajo y la vivienda, se aproximan a los tres criterios de justicia social que propone el papa Francisco: tierra, techo y, sobre todo, trabajo. Realidades que preocupan a este el movimiento de la Iglesia diocesana, ya que “describen la situación de pobreza y exclusión de muchas familias de nuestra provincia, que viven en una continua negación de derechos que les impiden vivir una vida digna”.

En este sentido, recuerdan las palabras del papa Francisco, en su mensaje para esta jornada, al señalar la necesidad evangélica de atender el grito, tantas veces silenciado, de las personas empobrecidas. “Vivimos un momento histórico que no favorece la atención hacia los más pobres. La llamada al bienestar sube cada vez más de volumen, mientras las voces del que vive en la pobreza se silencian (…) Lo que es desagradable y provoca sufrimiento se pone entre paréntesis, mientras que las cualidades físicas se exaltan, como si fueran la principal meta a alcanzar (…) Los pobres se vuelven imágenes que pueden conmover por algunos instantes, pero cuando se encuentran en carne y hueso por la calle, entonces intervienen el fastidio y la marginación”.

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“Tienen rostros, historias, corazones y almas”

La HOAC de Córdoba plantea la necesidad de una política para la fraternidad, la de “la mejor política puesta al servicio del verdadero bien común”, como recoge Fratelli tutti. El objetivo es claro, situar “en primer lugar las necesidades y derechos de las personas y familias empobrecidas. Es el único camino para que las personas sean siempre lo primero, para el reconocimiento efectivo de la dignidad de cada persona”, aseveran.

Asimismo, este movimiento de la Iglesia diocesana, se siente interpelado en “actuar de forma concreta con y por los pobres”, con un emplazamiento a la conversión personal que confronte “nuestra cultura hedonista y egoísta, por una del amor y solidaridad”. También realizan un llamamiento al compromiso eclesial “con esas realidades de pobreza, descubriendo las nuevas formas de pobreza que produce la falta de humanidad”, sabiendo que las personas empobrecidas “tienen rostros, historias, corazones y almas”. Y apelan “a todas las personas e instituciones que tienen responsabilidad en ello” para que sitúen a la personas en el centro de las prioridades sociopolíticas, particularmente a “cuidar el trabajo, porque de esta manera estaremos cuidando la vida“, concluyen.

 

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