Mucho por hacer para combatir el encarecimiento de productos y servicios fundamentales

Mucho por hacer para combatir el encarecimiento de productos y servicios fundamentales
La inflación se ha moderado, a juzgar por los datos del penúltimo mes del año, aunque el encarecimiento de los alimentos y las hipotecas resultan inasumibles para la mayoría de los bolsillos, por lo que urge revisar y ampliar las políticas antiinflacionistas.

El IPC de noviembre disminuyó 3 décimas hasta quedar en el 3,2%. Aunque los alimentos moderan su subida, todavía crecen al 9%. La inflación subyacente ha caído 7 décimas hasta el 4,5%. Para gran parte de los analistas, las medidas para contener los precios y la inflación arrojan buenos resultados. Eso sí, no con intensidad suficiente, ni en los sectores que mas influyen en el poder de compra de la mayoría de la ciudadanía.

Las previsiones para el próximo año, tanto en España como en el conjunto de Europa, apuntan a que la inflación seguirá en niveles elevados. Parece lógico evaluar la eficacia de las medidas temporales adoptadas por el Gobierno, antes de decidir su retirada, mejora o ampliación, así como plantear otras nuevas que aligeren la carga que para las personas trabajadoras y consumidoras en general supone el encarecimiento de la vida.

Diversos estudios vienen demostrando que los beneficios y márgenes empresariales han sido los principales responsables del fuerte aumento de la inflación desde 2022. Igualmente, parece evidente que las subidas del salario mínimo y de los salarios en general -los convenios colectivos firmados en 2023 arrojan incrementos superiores al 4%, lo que “hace que por primera vez desde que empezó la guerra de Ucrania los convenios colectivos estén recuperando poder adquisitivo”, recordada Unai Sordo- alivian algo la carga de la inflación.

Para garantiza el mantenimiento del poder de compra, resulta muy útil, incorporar a los convenios colectivos las cláusulas de garantía salarial que, sin embargo, siguen en niveles bajos. En 2023, solo el 24,3% de la población estaba cubierta con estas cláusulas, la mayoría sin efectos retroactivos, cuando entre 2002 y 2008 osciló en torno al 70%.

Para las organizaciones de trabajadores, las retribuciones salariales tienen que seguir escalando, especialmente el salario mínimo que debería incrementarse alrededor del 5%, siguiendo la estela del resto de salarios. Pero también reclaman concretar a través de la negociación colectiva, con los datos del Observatorio de Márgenes Empresariales, combinados con la información de la Seguridad Social cruzada por el código de sector, conseguir un mejor reparto de los costes y beneficios de la inflación en cada área afectada.

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Uno de los grandes quebraderos de cabeza para personas y familias trabajadoras, sin duda, proviene de los actualmente altos tipos de interés de las hipotecas (del 0% al 4,25% en poco más de un año) y de los precios de la vivienda (un 4,5% interanual en el tercer trimestre). El esfuerzo económico exigido para acceder a la vivienda continúa devastando las economías de los hogares, además de contribuir al endeudamiento.

El precio medio de la vivienda nueva está desbocado (+11% interanual) y en máximos históricos nominales, mientras que el precio medio de la vivienda de segunda mano (+3,2%) sube de forma más moderada, y todavía no ha alcanzado los máximos nominales de 2007.

La fuerte subida de los tipos de interés no ha detenido por el momento la subida de los precios inmobiliarios, pero ya está reduciendo el volumen de transacciones -y de hipotecas-, expulsando del acceso a la vivienda a los sectores que no pueden asumir precios más caros con hipotecas mucho más caras.

El alto coste de los alquileres suponía una carga excesiva para el 41% de los inquilinos en 2019, y desde entonces el alquiler se ha seguido encareciendo sin que las administraciones hayan actuado para evitarlo.

Para garantizar el derecho a una vivienda digna y asequible hace falta, es evidente, ampliar el parque público de alquiler y limitar los precios máximos de alquiler en las zonas tensionadas, aspectos clave que deben concretarse eficazmente en el desarrollo de la Ley por el Derecho a la Vivienda. Además, dado que el mercado hipotecario se contrae y expulsa cada vez a más familias, hay que lograr rebajar las hipotecas a niveles de esfuerzo asumibles por los hogares.

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