Una parroquia que quiere ser comunidad de acogida

Una parroquia que quiere ser comunidad de acogida
A pesar de vivir y trabajar juntos, a menudo cuesta borrar la distancia entre la población autóctona y las de otros orígenes. También pasa en la Iglesia, por más que aspire a ser comunidad de acogida.

Personas llegadas de otros países asisten asiduamente a misa, acuden puntualmente a las actividades abiertas desde las parroquias o solicitan quizás colaboración a Cáritas, con cierta normalidad. En cambio, cuesta más incorporarlas a la dinámica interna de las comunidades cristianas.

El equipo parroquial de pastoral obrera (EPPO) de San Francisco de Alcalá de Henares nos planteamos cómo superar esta situación concreta.

Especialmente tras leer la exhortación de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española «Comunidades acogedoras y misioneras. Identidad y marco de la pastoral con migrantes».
«La Iglesia tiene que ser una casa acogedora, con las puertas siempre abiertas. “Las iglesias, las parroquias, las instituciones con las puertas cerradas no se deben llamar iglesias, se deben llamar museos”», se puede leer en la carta de los obispos españoles.

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