No se repliega cuando le llegan sus días de nieve, y ahora, para no resbalarse en el deshielo de su sombra, derrama sal. La huella de sus trenzas despeinadas es
Poesía
Sigiloso, audaz, camina Con las ansias perplejas del tiempo Recién estrenados, bailan los días Tiene prisa este año bisiesto Susurra cansada la vida Escondidos se oyen sus ecos. ¿Qué se
Este mundo convulso deja un desgarro en las afueras de la noche y la soledad de un derribo. Mas la actitud de escucha llegará como mansa lluvia cuando te inunda
Hoy estar enterado de lo que ocurre es un arte más intrincado que el que rige en la alta clerecía el uso del bastón. Por eso el de arriba sigue
Los cipreses en noviembre una oración elevan en el lugar donde los cuerpos que ahora, polvo y ceniza, conmemoran el último suspiro. Surcos de sed en los recuerdos, silencio en
El trueno estalla en la cumbre del aire cuando tiemblan las manos, sus noches son de estío todavía, y la brisa benévola en su tentativa final nos deja la mirada
«Somos soledades en convivencia» —María Zambrano Ojalá el desencanto no cierre los caminos, ni dudas ni lamentos arruinen corazones solitarios. Porque el aliento impredecible, que nos remueve lo hondo, ofrece
Qué fácil es decir lo que no es con ese giro que toma el torbellino de las opiniones vulgares y destrozar el hecho real… ¿A quién le importa la verdad?
Que tu voz nos devuelva el paso firme donde el miedo nos hizo descuidados. José María Rodríguez Olaizola La realidad se cuece en los pucheros, en el día a
La arrogancia de los fariseos, la petulancia de los doctores (cuidado: el uso de estos adjetivos es sentencioso): He aquí la herencia eternamente religiosa que me asombra. Jesús, el Buen