Raúl Peña: «Para que este gesto de las bendiciones fuera un paso adelante habría que revisar la doctrina»

Raúl Peña: «Para que este gesto de las bendiciones fuera un paso adelante habría que revisar la doctrina»
A más de una persona le habrá sorprendido la firma, por parte del papa Francisco de la declaración Fiducia supplicans sobre el sentido pastoral de las bendiciones, en la que se aprueba la posibilidad de que los ministros ordenados bendigan a “parejas en situaciones irregulares y de parejas del mismo sexo”.

También pilló de sorpresa a la comunidad cristiana ecuménica LGTBI+H de Madrid Crismhom, que, a raíz de su publicación, el pasado día 18 de diciembre, ha emitido un comunicado en el que muestra su «sorpresa y actitud de acogida». Uno de sus portavoces, Raúl Peña, expresa su asombro: «no teníamos ni idea ni nosotros ni nadie de que se iba a producir, por lo que ha sorprendido a muchos colectivos de la Iglesia».

Según se explica en el propio Fiducia supplicans, el texto intenta responder a la Dubia –dudas– de algunos cardenales por estas situaciones concretas, pero, además, Peña inscribe su publicación en los cambios que está introduciendo en los últimos años el papa Francisco y que se han revelado en la celebración del sínodo sobre sinodalidad: «el sínodo ha puesto de manifiesto las situaciones de desigualdad que existen en la Iglesia, en el caso de las mujeres, las personas divorciadas y las LGTBI+H y que hay que resolver. Pero, sobre todo, está en la línea de apertura que plantea Francisco, cuando dijo en aquel avión “Quién soy yo para juzgar a nadie”; o el paso para que las personas trans puedan ser bautizadas o las LGTBI+H ejercer de padrinos en las celebraciones sacramentales».

Un signo importante

Sin embargo, Peña tiene claro que esta nueva declaración no es “un paso adelante”: «se trata de un signo, un signo importante, pero para que fuera un paso adelante habría que realizar la revisión de los textos de la doctrina, pero a esto no se atreve nadie, ni siquiera Francisco». Por eso, para el portavoz de Crismhom, «ninguna decisión que no sea un cambio de doctrina que acoja a todas las personas en la Iglesia será suficiente para nosotros. Es cierto que tiene que haber unas normas y por eso, este signo nos alegra, pero no nos convence del todo».

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En referencia a las circunstancias actuales, Peña opina que «este documento es un espaldarazo a las religiosas y los sacerdotes que ya venían realizando este tipo de bendiciones y a las que ahora, ya nadie, va a poder denunciar o acusar de hacer algo contrario a las normas de la Iglesia, pero no hay que olvidar que la Iglesia es muy grande, y que en algunos países, la jerarquía está alineada con gobiernos que aún persiguen y matan a personas LGTBI+H. A partir de ahora, las iglesias de esos países van a tener que reflexionar sus posturas».

A pesar de ser conscientes de que ni siquiera el papa Francisco se ha atrevido con el necesario cambio doctrinal, Peña reflexiona sobre esta decisión: «el Papa se ha cubierto las espaldas porque con esta decisión sabe que se le van a echar encima muchas personas de dentro de la Iglesia, sin embargo, a partir de ahora, con una declaración así, que ya tiene carácter de doctrina papal, aunque no sea suficiente, va a ser complicado que, una vez que este papa no esté, alguien pueda volverse atrás y decir que Francisco se equivocó»

El comunicado de Crismhom afirma: «Este posicionamiento de la Iglesia católica es una afirmación pública y explícita de la presencia de estas parejas y de nuestro colectivo LGTBI+ en su seno».

En este sentido, Peña destaca como muy importante el hecho de que el documento abre las fronteras de la Iglesia: «Hasta su publicación, a “los alejados” había que salir a buscarlos fuera. Ahora, el documento nos mete dentro de la Iglesia y si pedimos la bendición, la Iglesia no puede negárnosla».

El comunicado de la organización finaliza expresando una acción de gracias y una petición: «Damos gracias a Dios por este paso que ha dado nuestra madre Iglesia, que parece pequeño pero es significativo, y rezamos para que podamos ver realizada nuestra ilusión: que se produzca la revisión teológica y doctrinal que permita reconocer nuestras parejas como sacramento, además de otros avances».

 

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