CELAM celebra el Día de las Encíclicas Sociales y la Doctrina Social de la Iglesia

CELAM celebra el Día de las Encíclicas Sociales y la Doctrina Social de la Iglesia
1º Mayo 1961. Roma. 70 años de "Rerum novarum" y I encuentro mundial de la Fed. Inter. de Movimientos Obreros Católicos. El papa Juan XXIII anuncia su encíclica social "Mater et magistra". Foto | Agencia KNA
El Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (CELAM) ha conmemorado este domingo el aniversario de tres encíclicas sociales y la Doctrina Social de la Iglesia, con motivo del 131 aniversario de la encíclica social Rerum novarum sobre la situación de los obreros, publicada por el papa León XIII.

En el aniversario de las encíclicas Rerum novarum del papa León XIII, que se publicó en 15 de mayo del 1891; el aniversario de la encíclica Quadragesimo anno, sobre la conmemoración de los 40 años de Rerum novarum, publicada por el papa Pio XI, el 15 de mayo de 1931; y la Mater et magistra, de san Juan XXIII, el 15 de mayo de 1961.

“Celebramos el Día de las Encíclicas Sociales y la Doctrina Social de la Iglesia. Se cumplen hoy 131 años desde que el papa León XIII publicó la encíclica Rerum novarum, sobre las cosas nuevas que estaba ocasionando la Primera Revolución Industrial en la sociedad”. Con estas palabras el presidente del CELAM, monseñor Miguel Cabrejos hizo público un mensaje.

Monseñor Cabrejos explicó que al pontífice León XIII le preocupaba la migración de campesinos del campo a la ciudad en busca de mejores horizontes, dejando atrás sus raíces, pero terminaban, afirmó, aumentando los cinturones de pobreza de las ciudades.

Mencionando la encíclica, Cabrejos recordó que el Papa decía que a los trabajadores con contratos desventajosos, con jornadas muy extensas, con salarios miserables, “se les impone poco menos que el yugo de la esclavitud” (RN, 1).

La Cuarta Revolución Industrial

En la actualidad, se lee en el mensaje, cuando vivimos la entrada gradual a la Cuarta Revolución Industrial en América Latina y el Caribe, “observamos que alrededor del 80% de la población vive en ciudades de más de 50.000 habitantes y que casi 29 millones de personas buscan y no encuentran un empleo. Son personas que también hoy viven en estado miserable, no pocas veces víctimas de trabajo esclavo, especialmente entre los muchos millones de migrantes que ya no solo van del campo a la ciudad, sino de país en país”.

Una realidad muy parecida a la vivida hace 131 años, afirma el presidente del CELAM. Sigue existiendo una gran diferencia entre ricos y pobres, “unos pocos acumulan riqueza, mientras que miles de millones observan con dolor las maravillas científicas, porque van siendo descartados de los avances que: ellos mismos, desde los lugares más sencillos, ayudan a gestar”.

El acceso a la cultura, la educación y la salud se concentra en algunos pocos

Especialmente en nuestra región, la riqueza, el poder, el acceso a la cultura, la educación y la salud, se concentra en pocas manos, escribió monseñor Cabrejos, es una “realidad violenta que, como decía don Hélder Camara, permite que en América Latina y el Caribe “algunos no duermen porque tienen hambre y otros no pueden dormir por miedo a los que tienen hambre”. ¡Esta situación clama al cielo!, ¡queremos que la nuestra sea una región de hermanos y hermanas que comparten la riqueza producida, que alcanza para que nadie viva en una condición indigna de los hijos de Dios!”

También puedes leer —  Un lugar común para la justicia social: el trabajo decente

Todos los cristianos llamados a construir un mundo mejor

“La voz de la Iglesia, por lo mismo, sigue resonando en nombre de Nuestro Señor, Jesucristo: llama a las conciencias para construir justicia, porque sin ella no hay paz. Llama como madre y maestra: con cariño y con severidad. Cumple así con el encargo que el propio Jesús le ha indicado, cuando pidió cuidar su pueblo “denles ustedes de comer”(Mt 14: 13-21), construir su Iglesia”.

En su mensaje, el presidente del CELAM, afirma que todos los cristianos, también los Pastores, estamos llamados a preocuparnos por la construcción de un mundo mejor. De eso se trata, porque el pensamiento social de la Iglesia es ante todo positivo y propositivo, orienta una acción transformadora, dijo, y en ese sentido es siempre un signo de esperanza que brota del corazón de Jesucristo” (Cf. Evangelii gaudium,183).

“Esta enseñanza en muchos casos ha dado frutos abundantes. Los principios aportados por los distintos Papas –e impulsados especialmente a través de la acción de laicos y laicas– han inspirado parte de la legislación laboral y previsional, la conceptualización de los derechos humanos, la promoción de procesos de paz en muchos lugares del mundo. También el magisterio pontificio y el testimonio de tantos obispos, sacerdotes, religiosas y religiosos, laicas y laicos han iluminado nuestro peregrinar en Latinoamérica y el Caribe. Son numerosos los ejemplos sobre la defensa temprana de los pueblos originarios, ya en tiempos de la conquista, hasta las demandas de auténtica democracia en nuestros tiempos recientes y actuales”, se lee en el texto.

La Doctrina Social de la Iglesia, “estímulo para la acción”

Más adelante, se lee en el Mensaje, que la Doctrina Social de la Iglesia se expresa actualmente en “la defensa de los pueblos originarios y la responsabilidad con el medio ambiente en la Amazonia; en la atención a los migrantes en 650 puntos de apoyo distribuidos en nuestro continente; en la educación de millones de niñas, niños y jóvenes para alcanzar mejor futuro; en millares de personas que reciben atención sanitaria y compañía cuando su salud se deteriora, en el cuidado de las víctimas de la Covid-19. No solo en ello, sino en una diversidad de temas que se integran en el concepto de casa común, que tenemos que cuidar y hacerla casa para todas y todos. De esta manera se encama la enseñanza social de la Iglesia, o como dice tan gráficamente el papa Francisco, nos transformamos en ‘hospital de campaña'”.

Por último, monseñor Cabrejos afirmó que la Doctrina Social de la Iglesia, como nos lo han dicho muchas veces los papas, desde León XII hasta Francisco, es fundamento y estímulo para la acción. No es una teoría. Más aún, es “el testimonio de amor de Cristo en medio de la sociedad”‘ (Benedicto XVI).

 

¿Necesitas ayuda? ¿Algo que aportar?