Esther Lynch, nueva lideresa del sindicalismo europeo

Esther Lynch, nueva lideresa del sindicalismo europeo
El futuro del trabajo, un nuevo modelo económico para las personas y el planeta, la Unión Europea y un sindicalismo europeo renovado y más fuerte han sido algunos de los ejes de los debates.

Concluye el 15º Congreso de la Confederación Sindical Europea (CES) con la elección de un nuevo equipo de secretariado liderado por Esther Lynch. Celebrado desde el martes 23 al viernes 26 de mayo de 2023 en Berlín, Alemania, el evento ha reunido a 600 delegados y delegadas sindicales europeos, incluyendo a las secretarías generales y/o presidencias de alrededor de 93 organizaciones sindicales de 41 países europeos, 10 federaciones sindicales sectoriales europeas, que representan a más de 45 millones de trabajadores y de trabajadoras. El sindicalismo español ha participado con las delegaciones encabezadas por los líderes de CCOO, Unai Sordo; de UGT, Pepe Álvarez; de USO, Joaquín Pérez; y de ELA, Mitxel Lakuntza.

En este cónclave, que además ha celebrado los 50 años de la Confederación Sindical Europea “luchando por los trabajadores”, los delegados y delegadas sindicales europeos han debatido las demandas y prioridades sindicales para asegurar condiciones justas para los trabajadores y las trabajadoras.

Durante el mandato, que se extenderá hasta el próximo congreso en 2027, se han establecido como prioridades avanzar hacia la prohibición de la financiación pública a aquellas empresas que se nieguen a reconocer sindicatos o a negociar colectivamente. Promover la regulación de la inteligencia artificial en el mundo del trabajo, basada en el principio de “el humano tiene el control”. Avanzar para evitar un regreso a las políticas de austeridad y presionar para establecer nuevas normas económicas en la Unión Europea que prioricen a las personas y al planeta.

Además, se buscará implementar de manera “completa y rápida” la Directiva de Igualdad Salarial. Respecto a la transición hacia una economía verde y digital, el sindicalismo europeo pondrá todos los esfuerzos para garantizar que ningún trabajador y ninguna trabajadora quede descartada. Finalmente, la CES y sus organizaciones afiliadas han decidido aumentar su capacidad organizativa y afiliativa como “una defensa contra el auge de la extrema derecha”.

Nuevo equipo

El Congreso, en el que más de la mitad han sido mujeres y al que asistió “un número récord” de sindicalistas menores de 35 años, ha elegido al nuevo equipo que va a liderar la CES, durante los próximos cuatro años, y donde la renovación sindical ha sido un tema central. El equipo mantiene un equilibrio entre hombre y mujeres “y es el más joven en la historia de la organización”, según señalan.

Así, Esther Lynch, sindicalista irlandesa cuya militancia sindical comenzó en una fábrica de microchips en la década de 1980, ha sido elegida secretaria general para liderará un equipo de dirección que centrará sus objetivos en garantizar “que la voz de los trabajadores se escuche fuerte y clara a nivel europeo”, ha declarado. El nuevo equipo de dirección de la CES tiene la responsabilidad de llevar a la práctica el plan de acción y el manifiesto acordados durante esto días en Berlín.

En este sentido, durante su mandato buscara “un reequilibrio muy necesario entre los jefes y los trabajadores”. El continente “necesita sindicatos fuertes para enfrentar los desafíos que tenemos por delante, ya sean sociales, ambientales o tecnológicos, de una manera que coloque a los trabajadores y al planeta por encima de las ganancias a cualquier costo”, ha subrayado.

Junto a Lynch, han sido elegidos secretarios generales adjuntos la abogada laboralista Isabelle Schömann, y el sindicalista sueco Claes-Mikael Stahl, quien comenzó su trayectoria en el trabajo como limpiador en una fábrica. La sindicalista eslovena de 35 años, Tea Jarc, y el sindicalista belga de 36 años, Ludovic Voet, han sido elegidos como secretarios confederales junto con el italiano Giulio Romani.

Conviene recodar que la nueva lideresa del sindicalismo europeo intervino en la asamblea general del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos, celebrada en Ávila (julio, 2017), en la que quedó patente la importancia de establecer puentes entre ambas organizaciones. Lynch compartió con los trabajadores y las trabajadoras cristianas su preocupación por las condiciones de vida y de trabajo , debido a las políticas economicistas, y planteó “la necesidad de desarrollar una dimensión ética para Europa: Este mundo hacia el que estamos evolucionando es un mundo en el que la robotización va a tomar más parte y debemos reflexionar sobre la dimensión ética, dando prioridad al ser humano y no a las máquinas”.

 

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