Homilía Praeter divitis opinionem (Mc 10, 17-22)

Homilía Praeter divitis opinionem (Mc 10, 17-22)

La arrogancia de los fariseos, la petulancia de los doctores
(cuidado: el uso de estos adjetivos es sentencioso):
He aquí la herencia eternamente religiosa que me asombra.

Jesús, el Buen Maestro, era distinto: brillaba por desprestigio.

Querer saber «cómo se gana la vida eterna» es muy loable
Y culturalmente factible: buscar lo bueno y agradar a la gente.
Son cosas diferentes, pero no tanto que no puedan confundirse.

Contenido exclusivo para personas o entidades suscritas. Para seguir leyendo introduce tus datos o suscríbete aquí. Si no los recuerdas, haz clic aquí

También puedes leer —  El mundo del trabajo necesita una nueva ética del bien común
¿Necesitas ayuda? ¿Algo que aportar?