El Círculo de Silencio de Huelva propone el reconocimiento de la ciudadanía universal como derecho de cualquier persona

El Círculo de Silencio de Huelva propone el reconocimiento de la ciudadanía universal como derecho de cualquier persona
Denuncian las políticas migratorias restrictivas y discriminatorias que violan los derechos humanos y fomentan el racismo y la xenofobia.

El Círculo de Silencio de Huelva, animado en esta ocasión por la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) diocesana, ha expresado su profunda preocupación por las constantes violaciones a la ciudadanía universal en diversas partes del mundo.

En la celebración de este miércoles, frente a la Iglesia de la Purísima Concepción de la ciudad, han destacado la importancia de la ciudadanía universal como un derecho fundamental de todas las personas, garantizando el acceso a un trabajo decente, así como a servicios sociales, sanitarios y educativos. Este derecho, según el texto leído en el Círculo de Silencio, es clave para una convivencia humana basada en la igualdad y la paz.

El Circulo de Silencio, que reúne a personas comprometidas con acoger, cuidar, promover e integrar, como plantea el papa francisco, a las personas migrantes y refugiadas, ha denunciado casos específicos de violaciones a este derecho, como la resistencia de Egipto para abrir sus fronteras con Gaza, impidiendo el paso a personas que huyen de la masacre en curso en la región.

También se menciona la negativa legislación en Italia, especialmente el plan para deportar migrantes a Albania y las acusaciones contra ONG que realizan rescates en el mar. En España, resaltan la emergencia migratoria declarada ante la llegada masiva de personas a las costas de Canarias. Además, denuncia actitudes xenófobas y discriminatorias por parte de algunos políticos, contrarias a la solidaridad manifestada ante el éxodo ucraniano.

El Círculo de Silencio insta todos los gobiernos europeos “han cruzado muchas veces la línea roja que separa lo verdaderamente humano de lo que no lo es, considerando la inmigración como un problema y nunca como un derecho fundamental a migrar o quedarse en sus países de origen“. La personas migrante son además necesarias para la lucha contra el envejecimiento poblacional “tenemos que agradecer el que constituya una solución importante  para combatir el envejecimiento poblacional, si se quiere mantener el Estado de Bienestar a medio y largo plazo”.

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Finalmente, destacan la necesidad de comprometerse y trabajar hacia una ciudadanía universal que respete la dignidad y la libertad de elección de todas las personas.

 

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