Francisco: «El cambio duradero siempre comienza de abajo hacia arriba»

Francisco: «El cambio duradero siempre comienza de abajo hacia arriba»
Parar resolver los problemas, necesitamos «permanecer unidos en el compromiso de no ceder a la indiferencia», dijo el Papa en su mensaje a los participantes en el Festival de la Doctrina Social de la Iglesia que se está celebrado en Verona (Italia). Invita a todos a convertirse en «constructores de fraternidad»: «El mundo cambia, no si alguien hace milagros, sino si todos hacen lo que tienen que hacer todos los días. El cambio duradero siempre comienza de abajo hacia arriba, nunca es solo una operación de arriba hacia abajo», afirmó.

Compromiso de no ceder a la indiferencia

En esa invitación de Francisco, emplaza al compromiso y a ser “tejedores de un tejido social en el que la presencia se convierte en un don que hace resplandecer la belleza de la fraternidad”, dice el Papa recordando que para resolver los problemas no sirven grandes empresarios, “sino permanecer unidos en el compromiso de no ceder a la indiferencia”. Asimismo, retoma el tema elegido para el Festival de este año, “Estar presente, polifonía social”, y se detiene para profundizar sobre el sentido de “presencia”.

Abrir los ojos y evitar la exclusión social

“Presencia -afirma- es estar cerca de alguien, compartir, acompañar, sacar del aislamiento y llevar a los que encontramos, ese calor humano capaz de revivir la existencia.

“Estar presente significa mantener los ojos abiertos para evitar que alguien sea excluido de nuestra mirada. Aquellos que no son vistos por nadie, se convierten en parte del grupo de lo invisible formado por marginados, pobres, descartados, explotados. No verlos es la manera más rápida de evitar problemas; sin embargo, están ahí y, aunque finjamos no verlos, existen. Estar presente significa tomar la iniciativa, dar el primer paso, ir hacia el encuentro, llegar a la encrucijada de los caminos donde se encuentran los muchos excluidos. Es agradable pensar en una presencia generalizada que habita en todos los lugares, trae ternura y funciona como la levadura”, explica Francisco.

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Todos podemos ser constructores de fraternidad

Por otra parte, el Papa hace hincapié en que “cada uno con sus propias cualidades y dones puede llegar a ser un constructor de fraternidad”.

“El mundo cambia, no si alguien hace milagros, sino si todos hacen lo que tienen que hacer todos los días. El cambio duradero siempre comienza de abajo hacia arriba, nunca es sólo una operación de arriba hacia abajo”, asevera el Santo Padre.

 

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