Es la hora de dignificar las condiciones de las trabajadoras de la limpieza de servicios públicos 

Es la hora de dignificar las condiciones de las trabajadoras de la limpieza de servicios públicos 
El personal de la limpieza, la mayoría mujeres, parece invisible, a fuerza de denigrar su labor y degradar sus condiciones de trabajo. Pero nada más lejos de la realidad, su servicio es imprescindible

La experiencia de la pandemia, que pareciera que se quiere olvidar rápidamente, lo demostró bien a las claras, a pesar de que el reconocimiento social, más que merecido por otra parte, se ha reservado a otro tipo de profesiones.

La mayoría de las trabajadoras está empleada a través de empresas subcontratadas, incluso cuando prestan su servicio para la Administración Pública. Esta modalidad de contratación y de organización de la necesaria labor de quienes mantienen limpio, reluciente y ordenado los espacios y ambientes en los que otras muchas personas trabajan, se desplazan y se reúnen, acaba por convertirse en un fuerte obstáculo para logara la dignificación de las condiciones de trabajo en el sector.

De hecho, las trabajadoras sufren una situación que debería avergonzarnos como sociedad, caracterizada por bajos salarios, a veces, con retrasos en las percepciones que son vitales para la economía de estas personas y sus familias, con horarios infernales y ritmos como poco insalubres…

Primar los precios bajos en las adjudicaciones tienen perversas consecuencias para las condiciones de trabajo

En demasiadas ocasiones, prima el precio más bajo a la hora de contratar a la empresa encargada de la limpieza o adjudicar el servicio que se presta en instituciones de titularidad pública. La repercusión de este hecho tiene consecuencias muy negativas sobre las condiciones laborales y salariales de estas personas trabajadoras.

La HOAC de Segorbe-Castellón, como organización de trabajadores y trabajadores cristianos, apoya las reivindicaciones de estas trabajadoras para mejorar sus condiciones de trabajo y agradece a los sindicatos la labor que realizan en ese mismo sentido. Pero, sobre todo, considera que ha llegado el momento de plantear la necesidad de una seria reflexión social sobre la realidad de estas trabajadoras y trabajadores.


— Martes 22 de febrero, diálogo sobre la situación de las trabajadoras de la limpieza de servicios públicos. «Personal de limpieza y trabajo digno»

Conviene partir de la evidencia de que la situación actual no es algo coyuntural, sino estructural. Desde siempre las  condiciones laborales y salariales no son dignas, en general, a pesar de que se trata de una labor estructuralmente imprescindible para el funcionamiento de los servicios públicos. Sin su trabajo no podrían funcionar.

Ante esta realidad, la sociedad debería agradecer mucho más de lo que hacer su labora, reconocer la dignidad de su trabajo y preocuparse más de que se cuide a esas personas trabajadoras. Por supuesto,  estoy incluye garantizar que realicen su trabajo en condiciones dignas. Es un deber de justicia que deberíamos asumir como sociedad.

Se debería ser muy exigentes con las Administraciones Públicas para que garanticen que en la adjudicación de estos servicios de limpieza, y en el debido seguimiento de cómo se realiza el servicio contratado, se ponga en primer lugar el respeto a las condiciones laborales dignas de quienes realizan el trabajo y que no se adjudicara en ningún caso a empresas que no respeten los derechos laborales, las condiciones dignas de trabajo y salarios justos y suficientes. Hay que ser mucho más exigentes con la responsabilidad social de las empresas y abandonar el criterio de la prestación del servicio al menos coste posible.

Bajar los impuestos impide financiar y fortalecer los servicios públicos

Es necesario además, preguntarnos socialmente por qué un servicio como el de la limpieza, que es estructuralmente imprescindible para el funcionamiento de los servicios públicos, debe prestarse a través de su subcontratación a empresas externas y no a través de la contratación directa por las administraciones públicas de las trabajadoras y trabajadores que lo realizan.

Evidentemente, esto ha de llevarnos a preguntarnos si no es necesario avanzar hacia una fiscalidad más justa y progresiva, que permita disponer de los recursos suficientes para financiar y fortalecer los servicios públicos, abandonando la muy extendida pero perversa ideología de que bajar los impuestos es bueno. No lo es, pues una fiscalidad justa y progresiva es un elemento esencial de solidaridad social.

En este sentido, la HOAC de Segorbe-Castellón hace un llamamiento a no desentendernos de situaciones como la de las trabajadoras y trabajadores de la limpieza, a conocer más de cerca su realidad y a compartir con cercanía sus preocupaciones. Y, en general, a conocer mejor la realidad de las trabajadoras y trabajadores más vulnerables, para defender la dignidad del trabajo y el trabajo en condiciones dignas que merecen todas las personas trabajadoras.

 

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