Trabajadores cristianos de Córdoba reclaman trabajos dignos que acaben con la pobreza

Trabajadores cristianos de Córdoba reclaman trabajos dignos que acaben con la pobreza
Con un gesto público denuncian que “la precariedad y la pobreza matan”.

En el marco de la Jornada Mundial de los Pobres, que se celebra el 13 de noviembre, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Córdoba ha realizado, este martes, un gesto público para  denunciar que “la precariedad y la pobreza matan”.

El grupo de militantes de este movimiento de trabajadoras y de trabajadores cristianos ha querido visibilizar el llamamiento del papa Francisco para esta jornada “orientándola desde uno de los elementos que nos configura como humanidad, que es el trabajo y que, sin embargo, está seriamente amenazado, entre otras cosas, por la mercantilización del mismo, contribuyendo con ello a generar pobreza”.

Francisco en su mensaje para la VI Jornada Mundial de los Pobres es contundente: “La pobreza que mata es la miseria, hija de la injusticia, la explotación, la violencia y la injusta distribución de los recursos”

Los datos que se han recordado en el gesto público son “inapelables”. Córdoba tiene cuatro de los quince barrios más pobres de España; la cifra del personas que no pueden trabajar es de 20,67%, un dato muy superior a la media del país, siendo las mujeres mayores de 45 años las que más sufren esta situación de desempleo; la vivienda resulta inaccesible para muchos colectivos y los desahucios subieron de forma considerable en el 2021 a 477; el fracaso escolar de la ESO se sitúa en un 19% de los jóvenes cordobeses, de entre 18 y 24 años.

Una realidad que no deja indiferente a este movimiento de la Iglesia diocesana “y por ello nos atrevemos a soñar” junto con otros a que es posible un trabajo decente que permita “construir esa humanidad, a la que estamos llamadas las personas en comunión con Dios”.

Trabajo digno

La HOAC diocesana plantea como concreción de su sueño de trabajo decente, la necesidad de que “se entienda y extienda la diferencia entre trabajo y empleo”.

El objetivo irrenunciable de un empleo decente para todas las personas, así como la defensa de los trabajadores y las trabajadoras más vulnerables.

Proponen el reparto del trabajo “y abrir caminos para extender la defensa del trabajo digno en la Iglesia llevando la realidad obrera a nuestras comunidades desde las personas precarias, desempleadas, empobrecidas… para generar prácticas de solidaridad con los trabajadores y trabajadoras que sufren”.

Apuestan por revalorizar el sindicalismo, y reivindican políticas fiscales más justas y equitativas.

Finalmente, plantean crear espacios de encuentro “donde compartir, que creen puentes entre el mundo obrero y la Iglesia que concreten la triple comunión de bienes, vida y acción, porque como dice el Papa “frente a los pobres no se hace retórica, sino que se ponen manos a la obra y se practica la fe involucrándose directamente, sin delegar en nadie”, concluyen.

 

 

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