Por un ocio sin apuestas

Por un ocio sin apuestas
Las casas de apuestas han proliferado especialmente en barrios obreros. Un fenómeno reciente con graves consecuencias personales y sociales que va más allá de la ludopatía, para convertirse también en un problema de salud pública y de falta de alternativas.

El último informe elaborado por la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR) en 2019 señala que, España es el país europeo con la mayor tasa de personas con ludopatía entre jóvenes de 14 a 21 años. Sin duda, estas salas de apuestas, no se ubican al azar, sino que son situadas en los barrios obreros donde se encuentran las personas más vulnerables, marcadas por el impacto de la crisis (desempleo, precariedad, recortes, etc.), donde residen personas jóvenes con escasas e, incluso, sin alternativas de un ocio saludable y cultural; personas desempleadas y precarizadas, con un futuro incierto y un elevado nivel de frustración y malestar social, que hace que se sientan más fácilmente atraídas siendo el juego una especie de «salida» o esperanza de resurgir de esa precariedad.

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