Precariedad y presión detrás de la muerte de otro repartidor a domicilio

Precariedad y presión detrás de la muerte de otro repartidor a domicilio
Precariedad y presión forman un cóctel peligroso para la salud, que estaría detrás de la muerte de un repartidor de comida a domicilio el pasado domingo, el segundo de estas características registrado en nuestro país.

El 7 de febrero, sobre las 23:30 horas, Néstor P.M., trabajador venezolano de 48 años, con una mochila de la empresa de reparto de comida Glovo, murió después de haber colisionado contra un cambión de basura, en un cruce sin semáforos.

Al parecer, el fallecido estaba empleado por una empresa propiedad de un antiguo repartidor, que fue reconocido ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) como falso autónomo y que prestaba sus servicios a Deliveroo, bajo un modelo similar al de las flotas de Uber Eat.

Este sector en auge, cuyos servicios se demandan todavía más, ante el cierre de la hostelería para combatir la pandemia, se caracteriza por la precariedad y unas condiciones de seguridad y salud pésimas e inaceptables. Las personas empleadas a través de aplicaciones móviles se ven obligadas a hacer un gran número de repartos en el menor tiempo posible, muchas veces sin vehículos preparados, sin equipos de protección, para acabar cobrando sueldos de miseria.

Cada vez más accidentes mortales

Este último accidente mortal confirma la tendencia alcista de los siniestros más graves y refleja bien a las claras la extrema desprotección de los falsos autónomos atrapados en un entramado empresarial de empresas principales y externas que intentan librarse de la responsabilidad que tienen sobre quienes trabajan para ellas.

Desgraciadamente, no es un hecho aislado. En septiembre de 2019, Pujan Koirala, de 22 años, de origen nepalí, quien murió mientras trabajaba para Glovo en Barcelona, con la cuenta de otro compañero.

Anteponer la seguridad

Por ello, CCOO Madrid denuncia las condiciones de precariedad en las que, tanto los “riders” como los repartidores y repartidoras en general, se ven obligados a trabajar, y exige que este accidente sea considerado como accidente laboral.

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“Tenemos que seguir luchando para que la seguridad y la salud de las personas trabajadoras sea un prioridad en todas las empresas, poniendo el énfasis en el sector servicios y más concretamente en este tipo de empresas que pueden suponer un mayor riesgo para las personas que prestan sus servicios en ellas”, señala la secretaria de Salud Laboral de CCOO de Madrid, Carmen Mancheño, y añade “no tenemos que seguir siendo testigos de muertes que pueden y deben evitarse”.

Precariedad insoportable

Fernando García, repartidor e integrante tanto del colectivo Riders x Derechos como de UGT, señala que el fallecido “parece ser que estaba en ese momento repartiendo con Deliveroo e iba de camino a casa después de entregar el último pedido”. Como explica, “todos tenemos cuenta en varias empresas, porque como es tan precario el trabajo vas saltando y acumulando cuentas”

Sobre la práctica de emplearse con la cuenta de otra persona, comenta que “es algo muy habitual, quizá la mayoría de los repartidores que ves no están con su cuenta, sino que trabajan con cuentas alquiladas” y detalla que “no solo es que los titulares seamos falsos autónomos, sino que además un montón de gente las subalquila o a gente sin papeles o a personas con papeles que no le abren cuenta…”.

“La realidad es que las plataformas digitales de reparto están probando formas de externalización, dentro de la relación laboral, sin asumir la responsabilidad y los riesgos que conlleva la actividad de reparto. Ya no van a utilizar falsos autónomos, pero siguen sin cumplir con la legislación laboral”, explica UGT. Este sindicato ha anunciado que se personará ante la Fiscalía de Madrid para aclarar si Deliveroo tiene alguna responsabilidad en el accidente mortal

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