Defender derechos laborales mejora la salud de la población trabajadora

Defender derechos laborales mejora la salud de la población trabajadora
Sindicalistas y expertos se preguntan cómo mejorar la salud de la población trabajadora, ahora que parece que queda atrás lo peor de una pandemia que, como lluvia sobre mojado, ha agravado hasta niveles nunca visto el maltrecho bien estar laboral.

Bajo el título “Defender las condiciones de trabajo, defender la salud. Las vulnerabilidades que ha visibilizado la pandemia”, el área de Salud Laboral de CCOO organizó una jornada para analizar los resultados de las dos encuestas realizadas durante la pandemia para conocer el estado de la prevención y protección en el trabajo y debatir qué hacer para revertir el deterioro de la salud laboral.

Responsables de salud laboral de organizaciones territoriales y federales de CCOO, asesorados por investigadores y técnicos de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y el Instituto Sindical de Trabajo Ambiente y Salud (ISTAS-CCOO), que elaboraron los dos estudios citados, compartieron datos y experiencias, además de plantearse líneas de acción para el futuro.

El secretario confederal Salud Laboral de CCO, Pedro José Linares, mostró su preocupación por la extensión del presencialismo, como expresión de la incapacidad individual para ejercer derechos como darse de baja en caso de enfermedad y la existencia de profundas desigualdades que lastran la salud mujeres, jóvenes, trabajadores temporales y con salarios muy bajos, que son quienes en mayor medida están expuestos a padecer enfermedades y trastornos.

“Esto hay que cambiarlo”, exclamó, ante responsables de salud laboral de las federaciones y territorios del sindicato. “El sindicato existe para defender colectivamente los derechos individuales, que sea por miedo al despido o la necesidad de un salario, por bajo que sea, no se puede ejercer”, justificó.

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“Cuando desde el sindicato pedimos la modificación de la reforma laboral o correr los salarios bajos estamos recuperando espacio para que la negociación colectiva equilibre las relaciones dentro de la empresa, para oponer a la capacidad del empresario un contrapoder, que nos permita ejercer los derechos individuales y defender la salud de los trabajadores”, defendió.

Además, subrayó que un sindicato, por más conocimiento que pueda aportar a través de sus investigadores y técnicos y por importante que sea reunir las evidencias que apuntalan su discurso, “existe para actuar, para mejorar las condiciones de vida de la población trabajadora”.

En este sentido, invitó a seguir haciendo de la defensa de la salud una prioridad transversal para la acción sindical que ha de abordarse teniendo en cuenta la desigualdad de género y de edad, pero también de clase ocupacional.

La jornada continúa con la exposición de experiencias de acción sindical en favor de la salud laboral tanto en sectores clave como lo el sociosanitario y la dependencia, como en territorios con prácticas notables, como en Castilla-La Mancha y Cataluña.

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