Una alternativa comunitaria a los dilemas de la humanidad

Una alternativa comunitaria a los dilemas de la humanidad
El 9 julio de este año se volvía a producir un nuevo, el cuarto, Encuentro Mundial de los Movimientos Populares (EMMP) en diálogo con nuestro papa Francisco, para compartir nuestras preocupaciones sobre la situación de pobreza e injusticia que están viviendo tantos hermanos y hermanas nuestros, especialmente difícil en este tiempo de pandemia y crisis internacional.

También para reflexionar sobre los desafíos que tenemos como humanidad y compartir nuestras luchas y propuestas de soluciones alternativas más acordes con la dignidad de las personas, especialmente en defensa de los derechos a tierra, techo y trabajo, principales motivos de las convocatorias de estos encuentros, criterios básicos de justicia social y anhelo compartido con Francisco (Cfr. Fratelli tutti, 127).

Con buena representación de movimientos de todo el mundo, alrededor de doscientas personas, quiero destacar la presencia del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC) con delegados y delegadas de diversas regiones, la Coordinadora Internacional de la Juventud Obrera Cristiana (CIJOC), así como participantes de iniciativas de España como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), la Iniciativa de Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), la Asociación de Barrios Ignorados de Andalucía o el Sindicato de Manteros, un total de 24 participantes.

Esta primera parte del encuentro, que en esta ocasión se ha celebrado por medios telemáticos, ha abierto la oportunidad de disponer de varios espacios de diálogo y reflexión, en primer lugar, además de recoger la trayectoria de estos últimos siete años de trabajo conjunto de los movimientos populares. También tuvimos tiempo de compartir esta sombría época y desvelar el sufrimiento de millones de personas a causa de esta pandemia y las secuelas tan grandes que, a nivel social, está provocando. Los grandes dilemas que están presentes como humanidad y el camino necesario que tenemos que recorrer hacia el «buen vivir del planeta y de las personas».

También puedes leer —  Sí, reivindiquemos la utopía de la fraternidad

Contenido exclusivo para personas o entidades suscritas. Para seguir leyendo introduce tus datos o suscríbete aquí. Si no los recuerdas, haz clic aquí

 

¿Necesitas ayuda? ¿Algo que aportar?