Un futuro de esperanza

Un futuro de esperanza
Empieza el mes cuando hemos comenzado a recorrer el camino de Adviento que, cada año, nos impulsa a acercarnos más a la pequeñez de Belén, junto a la familia de Nazaret.

Es una peregrinación que no hacemos solos. Nos acompaña Juan Bautista, nos acompañan los profetas, viene con nosotros María de Nazaret y José. Resuena en nuestro camino la banda sonora de la esperanza que va alentando nuestra marcha, en una invitación a estar atentos y descubrir todo lo que acontece en ese viaje. Es la fe la que nos hace salir, ponernos en camino y llegar más allá, hasta los márgenes de la vida y de la historia, desde donde todo se ve más claro.

Adviento es el tiempo de afinar nuestros sentidos, nuestra mirada, nuestro oído, nuestra capacidad de ternura, para percibir esos signos de esperanza que nos invitan a la conversión, que nos ponen a la escucha y en la sintonía De Dios, y de los hermanos. Navidad es la meta humana de nuestra existencia: la de la encarnación y la misericordia entrañable, la de acoger la presencia de Dios en nuestra vida. Caminamos a la vida.

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