Manos Unidas llama a frenar la desigualdad mundial

Manos Unidas llama a frenar la desigualdad mundial
Foto | Jimena Francos en Tanzania (Manos Unidas)
“Frenar la desigualdad está en tus manos” es el lema de la Campaña 2023 de Manos Unidas, la organización de la Iglesia católica en España que luchar contra la pobreza en el planeta, desde hace más de 60 años.

En su comparecencia ante los medios de comunicación para presentar la campaña de este año, la presidente de Manos Unidas, Cecilia Pilar ha señalado que la desigualdad sigue creciendo en el mundo, aumentando la brecha entre ricos y pobres.

“La riqueza no deja de crecer, sigue aumentando, y no entiende de pandemias ni de crisis”, lo que en su opinión, “no es malo en sí mismo”, aunque ha advertido que “lo malo, lo perverso y lo terrible es que ese incremento no se refleja de la misma manera en todos los seres humanos”. La presidente de Manos Unidas se ha preguntado “si algún día la humanidad se avergonzaría del genocidio que supone que cada año mueran de hambre más de 3,5 millones de personas”.

Ante un mundo en el que “cada nueve segundos muere una persona de hambre en el mundo”, Pilar ha recordado las palabras del papa Francisco: “trente a los pobres no se hace retórica, uno se pone manos a la obra”. La organización católica se centrará en el próximo quinquenio en combatir las desigualdades que comprometen la dignidad de todo ser humano en el marco de la Agenda 2030 y de los ODS, con el despliegue preferente de proyectos para actuar contra la pobreza y el hambre, promover el trabajo digno, apoyar a los pequeños agricultores, defender la igualdad entre hombres y mujeres y mejorar la educación y la salud de las comunidades del sur.

Pero para ello llama a la sociedad a ponerse “manos a la obra”, a desarrollar actitudes, compromisos y conductas más inclusivas, sobrias y solidarias, de modo que «el pan abunde en la mesa de la humanidad», logrando así un mundo donde las personas vivamos libres de pobreza, hambre y desigualdad”. De ahí, la apelación a las manos en su lema de campaña.

Trabajo digno

“Uno de los mayores retos a los que se enfrenta hoy la humanidad es el aumento de la desigualdad que, a su vez, hace crecer la pobreza y el hambre”, plantea Manos Unidas, en línea con las instituciones internacionales, las organizaciones de cooperación y la propia Doctrina Social de la Iglesia.

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El trabajo, según esta ONG católica, “es el medio que tienen las personas para participar en la creación de la riqueza y obtener los recursos económicos necesarios para la satisfacción de sus necesidades personales y familiares” y “probablemente la mejor estrategia para erradicar desde su raíz la pobreza y el hambre, no mediante programas de asistencialismo, sino buscando que las personas vulnerables sean capaces de generar sus ingresos para vivir dignamente”.

Precisamente en las comunidades empobrecidas del Sur, “el trabajo está marcado por la desigualdad”. En la mayoría de las ocasiones, es “indecente, precario, dominado por el subempleo, el desempleo y el empleo informal, que tienen su consecuencia lógica en los ingresos irrisorios que no permiten a las familias llevar una vida digna”.

Más de una cuarta parte de los trabajadores del Sur son pobres, siendo sus salarios insuficientes para cubrir sus necesidades básicas y las de sus familias. Al tiempo que las fortunas de los millonarios aumentaron en más de 3,9 billones de dólares en 2021, la población en pobreza extrema, con menos de 1,9 dólares al día, casi alcanzó los 800 millones, lo que supone una de cada diez personas en el mundo. El 10% de la población mundial más afortunada concentrada más de la mitad (el 52%) de la renta global. La mitad de los habitantes del mundo, por el contrario, se reparten el 8%.

En el planeta, casi 4.000 millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza con menos de 5,5 dólares por persona al día, según datos del Banco Mundial. Según el último informe sobre seguridad alimentaria de 2022 publicado por la FAO, 828 millones de personas sufren hambre en nuestro mundo; 150 millones más que antes de la pandemia. 2.300 millones de personas en el mundo padecen inseguridad alimentaria moderada o grave (no tienen asegurado el alimento o no comen durante un día o más) y casi 3.100 millones de personas no pueden permitirse una dieta saludable. Una de cada tres mujeres de entre 15 y 49 años de edad (571 millones) sufre anemia.

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