¿Ignorancia o mala fe?

¿Ignorancia o mala fe?

La presente reflexión, sometida a continua revisión pues a cada momento aumenta la información, viene al hilo del escándalo producido ante el hecho constatado y firme de que Bildu ha incluido en sus candidaturas para las próximas elecciones a personas relacionadas con el entorno de la extinguida ETA –y recalco lo de extinguida, pese a que a algunos parece que les gustaría que siguiera activa–, incluso algunos con condenas por delitos de sangre, aunque estos últimos han renunciado y, previsiblemente, no tomarán posesión de su escaño en caso de ser elegidos.

Y lo primero que me viene a la memoria es una frase pronunciada en una fecha ya un poco lejana, el 3 de marzo de 1998. Hace 25 años oíamos decir lo siguiente: “Tomar posesión de un escaño siempre es preferible a empuñar las armas”. El autor de dicha frase, que yo personalmente suscribo en su integridad pues remarca la prioridad absoluta de la vía política y democrática para resolver cualquier conflicto por difícil y enconado que sea, fue nada más y nada menos que el señor D. José María Aznar, a la sazón presidente del Gobierno de España.

No solo pronunció el Sr. Aznar la frase que comentamos, sino que el mismo año 1998, esta vez el 18 de diciembre, nos sorprendió con esta otra: “Si los terroristas deciden dejar las armas, sabré ser generoso”.

Y el mismo día y año, añadió lo siguiente: “El proceso de normalización  corresponde, en primer término, a las instituciones y a todas las fuerzas políticas vascas sin ningún tipo de excepción”.

De todas las frases aznarianas aducidas, uno en su ingenuidad concluía lo siguiente: “Si ETA deja de matar y la misma ETA, más su entorno, abandonan el camino de la lucha armada, todas las aspiraciones políticas pueden ser debatidas en el ámbito de la democracia. Y en ese proceso, exclusivamente político y democrático, han de participar todas las fuerzas políticas vascas sin excepción (también Bildu)”.

Los que tenemos memoria recordamos cómo por aquellas fechas era frecuente oír, tanto en el País Vasco como en el resto de España, que todo sería más fácil si los terroristas y su entorno abandonaran la lucha armada y defendieran sus planteamientos políticos por vías democráticas.

Y en esas estamos, o creíamos estar, en el momento presente: con ETA disuelta y con el mundo abertzale asumiendo las vías democráticas como camino para resolver cualquier conflicto por enconado que sea.

Pero he aquí que lo que parecía comúnmente asumido, ahora resulta que algunos, con fines exclusivamente electoralistas, quieren volver atrás y utilizar el hecho que comentamos con el único y exclusivo fin de  armar camorra.

Personas que en su momento afirmaron que Bildu no es ETA y que hay que contar también con ellos, ahora dicen lo contrario. Por si alguien pone en duda esta afirmación, analizaremos un caso muy curioso cuyo protagonista es el Sr. Borja Sémper, actual portavoz de campaña del Partido Popular, y que en su día fue presidente del mismo partido en Guipúzcoa.

Este señor, el año 2013 en una entrevista concedida a la revista Jot Down nos sorprendía con las siguientes declaraciones: “Bildu no es ETA. El futuro de la sociedad vasca, guste o no en determinados sitios, se tiene que construir también con Bildu”. Y añadía en la misma entrevista que “Mariano Rajoy (entonces presidente del Gobierno) y el ministro del Interior (Jorge Fernández Díaz) también manejan esta tesis”, concluyendo rotundamente que “yo estoy dispuesto a hacer un esfuerzo y pasa por entender que en ese futuro estará Bildu.  Por fin vamos a tener la oportunidad de discutir de política con Bildu, y eso es lo que yo quiero”.

No solo eso, sino que por aquella época, hace ahora doce años, el Sr. Sémper alababa la actuación del Sr. Zapatero y el Gobierno socialista para conseguir el fin de ETA. “El Gobierno está haciendo lo que debe” decía en una entrevista en El País.

Pues bien, ese señor que quería discutir de política con Bildu y que defendía la política de llegar a acuerdos con esa organización política vasca, según sus palabras “para mejorar la vida de la gente”, ahora nos dice que “Bildu no es homologable al resto de formaciones políticas porque ellos no quieren venir a la democracia”. ¿Antes sí y ahora no? ¿En qué quedamos?

Desaparecida ETA y abandonada la vía de la lucha armada, asumido que la vía democrática es la correcta, con representación de Bildu en las Instituciones vascas y en el Parlamento español, ¿dónde quedan aquel “sabré ser generoso” y aquel  “el futuro de la sociedad vasca, guste o no en determinados sitios, se tiene que construir también con Bildu”?

¿Por qué titular la presente reflexión totalmente personal de una forma quizás agresiva de Ignorancia o mala fe?

En primer lugar porque quienes, aunque no ellos solos, ahora arman camorra ante la presencia en listas electorales de Bildu de gente que perteneció al entorno de la extinguida ETA –y no cesaré de resaltar este aspecto fundamental– son gente que, como hemos visto, hace veinticinco o diez años decían que, abandonada la violencia y asumida la democracia, de todo se podía hablar, incluyendo en ese proceso a Bildu. ¿Por qué ahora no?

En segundo lugar porque, desde el respeto a las víctimas y al mayor o menor grado de rechazo que pueda producir en la gente de a pie la presencia en listas electorales de personas procedentes de un pasado –ya superado– violento, pretender que por vía gubernativa o legal se proceda a eliminar o no admitir listas electorales de personas que no tienen condenas pendientes, que si las tuvieron ya las cumplieron y que, en consecuencia, las penas accesorias de inhabilitación para cargo público están ya extinguidas, es jurídicamente una barbaridad que ningún experto en derecho puede ignorar o saltarse a la torera –salvo que el título le haya tocado en una tómbola–. Por no hablar de la pretensión, caso de la Sra. Arrimadas o de la Sra. Ayuso,  de arbitrar medidas legales prohibitivas o restrictivas de derechos cuya irretroactividad prohíbe la Constitución española vigente.  Por cierto, en este tema la Sra. Ayuso es la que va marcando el paso a todo el Partido Popular.

¿Piensan los que arman camorra que las Juntas Electorales correspondientes a las jurisdicciones por las que comparece Bildu, habrían permitido la presencia de antiguos terroristas si hubiera algún resquicio legal que vetara su presencia?

En tercer lugar porque, dando por hecho que personas expertas en derecho saben que, guste más o menos, la presencia en listas electorales de personas que han tenido graves problemas con la justicia no se puede impedir si han cumplido sus condenas de privación de libertad y, en consecuencia, han desaparecido las penas accesorias de inhabilitación para cargo público, que se siga insistiendo en cosas que legalmente no pueden ser, sólo dan pie a pensar que se dicen para confundir a gente sencilla e inexperta en temas legales.

Por eso, dando por supuesto que los dirigentes de los partidos que arman camorra saben por sus asesores que nada ni nadie puede anular las listas de Bildu, hay que descartar la vía de la ignorancia. Y, en ese caso, solo nos queda afirmar que se trata de una campaña orquestada con la finalidad de, utilizando partidistamente a las víctimas —como ha denunciado una persona tan poco sospechosa como Consuelo Ordóñez, hermana de la víctima de ETA Gregorio Ordóñez–, confundir al personal.

Tarea en la que algunos, y también algunas, parece ser que nadan como pez en el agua.

 

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