Paisaje después de una contienda electoral y antes de la siguiente

Paisaje después de una contienda electoral y antes de la siguiente
Tras las elecciones municipales y autonómicas, hemos invitado a militantes de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) que concurrían a las mismas que compartan sus vivencias y reflexiones, metidas ya en otra campaña electoral, esta vez, para elegir al Gobierno de la nación.

Es verdad que los resultados particulares obtenidos por sus candidaturas influyen lógicamente en sus valoraciones y que sus miradas no pierden de vista el tsunami –expresión utilizada por el mismo Feijoó– que ha coloreado de azul con toques de verde parduzco el mapa electoral, lo que muchos han identificado como  la llegada de la ola de extrema derecha de Europa y el trumpismo americano.

Seguramente los lectores y las lectoras sepan a estas alturas lo ocurrido en el Ayuntamiento de Huesca, donde se ha dado la concurrencia de hasta cuatro formaciones políticas a la izquierda del PSOE que finalmente no han obtenido representación alguna, porque se ha utilizado para ejemplificar las consecuencias de la fragmentación electoral.

Precisamente, Margarita Alfaro, se presentó dentro de una de las citadas candidaturas, la de Cambiar Huesca-IU. Evidentemente habla de “decepción”, por más que fuera “esperada”, al ver los resultados, y reconoce que su “sentir” desde el principio era que había que ir juntos. De hecho, apunta, “ofrecimos la posibilidad de ir juntos, sin importarnos ir los últimos” y la suya fue, al menos, una confluencia.

No puede evitar decir que “se han tirado 4.390 votos, un 18% que hubieran supuesto tres concejales, de unas personas que han confiado en nosotros” y a las que pide “perdón”, en especial, a las familias, amistades y demás personas con las que compartes las calles…”, además de mostrarse agradecida por la confianza depositada y las muestras de reconocimiento que le expresan tras las votaciones.

Dejando a un lado el recuento electoral, tiene muy vivo en su memoria el acto final de campaña, donde la sensación que tenían entonces era de satisfacción por “lo que habíamos compartido, por cómo nos habíamos organizado a diario, con respeto, con cariño, disfrutando…”, sintiendo que trabajaban por “el bien común” y de comprobar la “fuerza del equipo, cuando rema en la misma dirección”. Así que, al final, expresa, “ha valido la pena hacerlo y hay que volver a intentarlo”. Pero, “¡unidos!” De lo contrario,” por honradez y generosidad hay que retirarse y dejar a otros y otras.”

El proyecto político en el que participaba Marisa Saavedra, diputada de Unidas Podemos por Castellón en el Congreso en la legislatura terminada, no ha contado con suficiente respaldo para entrar en el Parlamento de la Comunidad Valenciana. Sin embargo, ha escrito en su cuenta de Twitter que “ninguna derrota es definitiva” y defiende que “las ideas, los principios y el modelo de sociedad que defendemos y que nos han llevado a la política son más necesarios que nunca, y encontrarán la manera de salir adelante”.

Justo el día que se disolvió el Congreso por la convocatoria de nuevas elecciones generales hizo un ejercicio de memoria: “En casi cuatro años, he defendido iniciativas que beneficiaron a la cerámica, el transporte ferroviario o la agricultura de Castello, la pesca artesanal, la ruralidad o la diversidad funcional”.

Su voto, además, ha contribuido a sacar adelante “presupuestos y leyes que han mejorado la vida de muchas personas”. Confesaba estar “feliz” por haber podido contribuir, aunque sin olvidar que ha sido “una legislatura convulsa, con graves crisis que enfrentar y con la derecha y extrema derecha insultándonos, embarrando y difundiendo bulos y odio”.

Mónica Rossi, candidata por la Izquierda de Huelva, (Izquierda Unida, Podemos e Iniciativa del Pueblo andaluz), ha resultado reelegida como concejala de la coalición, en el Ayuntamiento de Huelva.

Pero, esta vez, el ayuntamiento, antes dominado por el PSOE, queda en manos del PP que probablemente se apoye en Vox. A partir de ahora, será concejala “en modo resistencia” y augura cuatro años muy duros, porque han logrado “una mayoría muy holgada” y “se ha perdido pluralidad política”.

Más que la importancia de la representación institucional, que sin duda la tiene, entiende que lo que toca ahora más que nunca es atender a “la recomposición en la calle, estar con la gente y entre la gente”. “Es necesario estar en el tejido social, creando conciencia y redes, acompañando a las personas, algo en lo que necesitamos crecer”, y que “no es solo para cuatro años, sino para mucho más tiempo”.

Ya ha dejado claro que estos son sus últimos cuatro años y convoca a que haya relevo, “alguien que se vaya preparando”. Con todo, no ha perdido la esperanza, como persona creyente que es: “sabemos que nos ha tocado una época dura y difícil, pero hay que estar ahí, defendiendo lo que nos toca, nuestra verdad, el sentido de la justicia, en definitiva, las políticas dirigidas a hacer crecer el Bien Común y que tengan en el centro a las personas”.

Como dice un amigo, después de todo, “seguimos a un perdedor que murió en la cruz, qué le vamos a hacer”. “Vienen tiempos duros para la gente y tenemos que estar con ella”, concluye.

Manolo Copé, candidato a la alcaldía de Alicante por la confluencia Unides per Alacant-Esquerra Unida, será, finalmente, concejal en el ayuntamiento, lo que no le ha impedido calificar el resultado obtenido como “malo, sin paliativos”.

Sin embargo, piensa que es “absurdo echarle la culpa a la gente, decir que han votado mal”, entre otras cosas, porque “no podemos estar en una burbuja pensando que todo lo hacemos bien y echar la culpa a quién no nos vota”.

La multiplicidad de candidaturas de izquierda, en su opinión “exige un esfuerzo y unas renuncias por parte de todos y todas para presentar en las contiendas electorales un frente único que aglutine a la mayor parte de personas posibles”.

Con todo, reflexiona, “las elecciones son muy importantes, deciden gobiernos y representación en los distintos gobiernos, pero la izquierda debe tener claro que no es lo único que interesa”. De ahí que apueste por contribuir a fortalecer “las organizaciones de clase, estar presentes en los movimientos sociales y lograr una sociedad movilizada en defensa de los intereses de las clases más desfavorecidas”

También considera necesario entender que “otras luchas que son importantes, pero no se puede perder de vista que la lucha principal pasa por mejorar el bienestar material de las clases más desfavorecidas, sus derechos laborales, sus salarios, el control de precios, unos servicios públicos que cubran las necesidades de todos y todas, garantizar el acceso a la vivienda”.

Como militante de la HOAC, tiene claro que “sí es posible construir otra vida social y otra política que haga posible que la persona sea lo primero” y que hay que “reorientar nuestras vidas, personal y socialmente, y la actividad política desde la comunión, desde las necesidades de las familias más empobrecidas”.

 

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