La fraternidad se hace en los barrios

La fraternidad se hace en los barrios
Cuando la HOAC prepara su asamblea general, quiere emprender el camino de «sentir con Cristo que invita a la conversión; sentir con la Iglesia que invita a la sinodalidad; y sentir con el mundo obrero, que invita a la encarnación».

Debemos encarnar en el mundo obrero el sentir con Cristo y con la Iglesia cuando, «en el contexto del capitalismo patriarcal y neoliberal, se ha configurado y consolidado un nuevo mundo obrero y del trabajo marcado, por una parte, por la pobreza, la deshumanización y la debilidad, y, por otra, por una creciente individualización y segmentación que se traduce en una gran pérdida de identidad colectiva».

Se tiene conciencia de que está rota la fraternidad: «personas empobrecidas por no tener trabajo con el que tener recursos para sobrevivir; la crisis ecosocial; la situación de desigualdad que sufren las mujeres, con particular atención a las mujeres empobrecidas; la precariedad y desigualdad que sufren las personas jóvenes del mundo obrero y del trabajo». Se ve la urgencia de «tejer vínculos de fraternidad en el mundo obrero y del trabajo». Siendo constructores de fraternidad «con prácticas de comunión, acompañando a personas trabajadoras empobrecidas; colaborando a un necesario cambio de mentalidad social y al cambio de instituciones y estructuras sociales».

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