El Congreso de Teología apuesta por otro mundo “justo, fraterno-sororal y eco-humano”

El Congreso de Teología apuesta por otro mundo “justo, fraterno-sororal y eco-humano”
Foto | JJ Martin Espartosa (www.flickr.com/photos/druidabruxux)
El mensaje final del 42 Congreso de Teología, celebrado del 15 al 17 de septiembre con la intervención de conferenciantes de África, América Latina y Europa, ha reafirmado su compromiso por “reconstruir, desde los márgenes, una democracia y un cristianismo en dirección a la utopía de otro mundo posible, justo, fraterno-sororal y eco-humano”.

En la apertura se planteó la amenaza al cristianismo que suponen las organizaciones religiosas fundamentalistas, en alianza con la extrema derecha, que fomentan discursos de odio.

En la primer sesión, el teólogo africano Cyprien Melibi defendió la necesidad de incorporar a la teología actual la mirada poscolonial, intercultural y dialógica de África, mientras que el profesor Ignacio Sánchez-Cuenca alertó de los riesgos actuales que la tecnología y el individualismo exacerbado, con su impacto en la falta de confianza en los mecanismos de intermediación social, entrañan para la democracia.

Rosa Cobo, de la Universidad de A Coruña, por su parte, denunció la construcción patriarcal, fundada en la división sexual del trabajo que somete a la mujer en una posición subordinada, de la democracia, por lo que abogó por una reconstrucción de la modernidad desde la perspectiva de las mujeres que acabe con la violencia patriarcal, la feminización de la pobreza y la falta de respeto social a las mujeres.

Carmiña Navia, de la Universidad del Valle y Casa Cultural Tejiendo Sororidades de Cali (Colombia), consciente de que “la Iglesia católica ha frenado permanentemente la práctica igualitaria en su interior”, ha apostado por que el sur, el ser de mujer y el Evangelio inspiren una nueva “una utopía democrática” como horizonte de “relaciones interpersonales y familiares de amor sororo fraterno, de apoyo, solidarias” y de “espacios eclesiales y religiosos regados por la espiritualidad del maestro de Galilea”.

La teóloga feminista Antonina Wozna ha insistido en que la teología actual con mirada de mujer tiene mucho que aportar para integrar la democracia en la Iglesia y a la Iglesia dentro de la democracia y ha llamado a aprovechar la celebración del Sínodo de la sinodalidad como “un punto de inflexión en la historia evolutiva de la Iglesia”, siempre y cuando incorpore una mirada intercultural, ecosocial desde los márgenes, un abordaje valiente de los abusos y las estructuras eclesiales clericalitas y del formato de participación y representación de las Iglesias locales dentro de la Iglesia Universal”.

Termina el comunicado del congreso, citando a Pedro Casaldáliga, cuando escribió: “Es tarde, pero es nuestra hora […]; es tarde, pero es todo el tiempo que tenemos a mano para hacer futuro”.

Mensaje final del 42 Congreso de la Asociación Teológica Juan XXIII

1.- Del 15 al 17 de septiembre de 2023 hemos celebrado el 42 Congreso de Teología sobre el tema “¿Qué democracia? ¿Qué cristianismo? Caminos para la paz” con la participación de congresistas de diferentes países y continentes y de conferenciantes de África, América Latina y Europa en un clima de diálogo intercultural e interdisciplinar y desde una perspectiva feminista.

2.- Hemos hecho un análisis crítico de las amenazas a las que se ve sometida la democracia y comprobado que la política contemporánea se ha vuelto imprevisible, caótica y, en buena medida, incomprensible. Vivimos en medio de un desorden político y de un individualismo neoliberal. En los últimos quince años se han producido sucesos que en otras épocas habrían sido inconcebibles: el Brexit, la elección de Trump y de Bolsonaro, el auge de la extrema derecha, la crisis de los partidos socialdemócratas, la polarización política, la alta volatilidad social y una fuerte preocupación por el futuro. La crisis de la democracia es parte de la falta de confianza en los mecanismos de intermediación social.

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3.- La democracia contemporánea se ha constituido sobre la exclusión de las mujeres. Casi tres siglos han sido necesarios para que, en algunas partes del planeta, las mujeres tuviesen acceso a la ciudadanía. Sin embargo, estas conquistas de derechos coexisten con realidades sociales que deslegitiman la democracia: la violencia patriarcal, la feminización de la pobreza y la falta de respeto social a las mujeres, junto a nuevas formas de mercantilización de sus cuerpos. Todo ello da como resultado una democracia incompleta y defectuosa. Hemos observado, asimismo, la fuerza cada vez mayor de los movimientos feministas, que resisten al patriarcado y luchan contra todo tipo de discriminación.

4.- Nuestra mirada se ha dirigido a África, un continente rico, pero poblado por mayorías populares pobres. La democracia occidental ha generado allí inestabilidad democrática y producido una relación adúltero-incestuosa entre las iglesias cristianas y el sistema colonial. Occidente se ha relacionado con África de tres maneras: debilitándola, aterrorizándola y apropiándose de sus riquezas, y ello “con la bendición apostólica”. En el nuevo escenario global. África puede y debe contribuir a la construcción de una democracia integradora de la pluralidad cultural y religiosa. Es necesario pasar de un cristianismo invasor a un cristianismo descolonizador. Una aportación del África negra a la democracia es la filosofía ubuntu, cuyo principio es “Yo soy porque tú eres”.

5.- Hemos analizado críticamente y con mirada feminista la relación entre cristianismo y democracia en América Latina, así como las condiciones para que los regímenes políticos de ese continente puedan avanzar hacia una verdadera democracia que integre realmente a todas las poblaciones. Las relaciones entre justicia, paz y democracia deben ubicarse en el paradigma de la no violencia y la perspectiva de género.

6.- El cristianismo a nivel global está hoy amenazado por organizaciones religiosas fundamentalistas que fomentan discursos de odio y son contrarias a los valores del cristianismo originario. A su vez se encuentran en alianza con la extrema derecha y cuentan con el apoyo de importantes sectores de la jerarquía católica, que se convierten con frecuencia en sus portavoces. La esperanza está en que existen también colectivos que practican la solidaridad con las personas vulnerables, las clases sociales empobrecidas y los pueblos oprimidos.

7.- Hemos comprobado que la Iglesia católica es de corte monárquico y patriarcal. Frena la democracia y la práctica igualitaria en su seno. El feminismo y la teología feminista son instancias críticas de la Iglesia y de los Estados democráticos ante sus excesos y abusos y ofrecen propuestas relevantes para toda la humanidad y el planeta. Afirma Célia Amorós: “cuando se quiere la democracia, se quiere el feminismo”. Nosotros decimos: cuando se quiere un cristianismo igualitario necesitamos del feminismo y de la teología feminista para conseguirlo.

8.- Nos comprometemos a continuar la tarea de reconstruir, desde los márgenes, una democracia y un cristianismo en dirección a la utopía de Otro Mundo Posible, justo, fraterno-sororal y eco-humano. Terminamos con el poema de Pedro Casaldáliga, que nos acompañó y participó en nuestro congreso desde el principio: “Es tarde, pero es nuestra hora […]; es tarde, pero es todo el tiempo que tenemos a mano para hacer futuro”.

 

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