La dignidad del trabajo y el trabajo digno

La dignidad del trabajo y el trabajo digno
La XIV Asamblea General de la HOAC, acuerda, para su campaña, un tema para los próximos seis años, que concretará cada bienio en algún aspecto de las situaciones de la clase obrera.

La XIV Asamblea General de este movimiento de Acción Católica Especializada ha acordado defender la dignidad del trabajo desde el bien común en su próxima campaña.

Tras la realización de sus últimas campañas bajo el lema Trabajo digno para una sociedad decente, el pleno general de la asamblea decidió que el asunto global de la campaña durante los próximos seis años se centrará en Defender la dignidad del trabajo y el trabajo digno desde la perspectiva del bien común.

La asamblea hoacista, celebrada del 12 al 15 de agosto en Segovia, bajo el lema Tendiendo puentes, derribando muros, entendió que la nueva temática «implica tanto la defensa de la dignidad del trabajo y el trabajo digno, como de los derechos sociales».

La próxima Comisión General de la HOAC, prevista para noviembre, concretará el aspecto de su campaña para los dos próximos años, con un lema específico que aborde algún o algunos aspectos de esta. Lo seguirá haciendo cada bienio tras las revisiones de su Plan de trabajo en las diócesis y a nivel general.

Este movimiento considera que durante los últimos años ha avanzado mucho en la comprensión de la campaña, un elemento importante de su Quehacer Apostólico Comunitario –la respuesta del movimiento y de sus militantes a las situaciones de injusticia del mundo del trabajo–. «La hemos vivido como encuentro, vínculo, difusión, vida comunitaria y celebración de la fraternidad», expresan.

En tal sentido, han celebrado, a nivel diocesano y general, charlas, debates, concentraciones y movilizaciones, tanto dentro de los espacios eclesiales como en los sociales, para concienciar, reclamar e implicar a la gente y las entidades públicas en lograr un trabajo digno para una sociedad decente. En ese tiempo han compartido sus objetivos con organizaciones sociopolíticas, invitándoles a participar en sus diferentes acciones.

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En el próximo sexenio, además de avanzar en los objetivos generales y particulares, se proponen ser más creativos y comprometidos en la campaña, sintiéndola como «la mirada compasiva al mundo obrero empobrecido».

Tras diversos debates en sus cinco plenos parciales, la asamblea general apunta que los próximos lemas bianuales deben contemplar las situaciones que ya están incluidas en su Quehacer Apostólico Comunitario. Esas realidades corresponden «a un único problema: la pobreza, debilidad, vulnerabilidad y deshumanización de que es víctima el mundo obrero y del trabajo».

La HOAC quiere, desde su originaria opción por las personas trabajadoras más empobrecidas, desarrollar aspectos concretos que afecten directamente a la clase obrera. Aseguran que su propósito es «profundizar en el bien que es el trabajo humano que “o es común o no es bien”, en la búsqueda de las condiciones imprescindibles para que se desarrolle en igualdad, justicia, sostenibilidad desde el cuidado por la vida y la naturaleza».

El movimiento obrero cristiano dispone de diferentes sectores, donde confluyen el compromiso personal y comunitario de sus militantes. En esos espacios miran y valoran la realidad «desde la Doctrina Social de la Iglesia, donde ponemos rostro y nombre a las situaciones».

Además, la HOAC apuesta por incorporar a nuevas personas en sus diversos sectores diocesanos de precariedad, flexibilidad y condiciones de trabajo; paro, pobreza y exclusión social; mujer; migraciones; y familia.

 

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