El obispo de Mondoñedo-Ferrol llama a reaccionar ante los “demasiados y terribles” accidentes laborales

El obispo de Mondoñedo-Ferrol llama a reaccionar ante los “demasiados y terribles” accidentes laborales
El obispo de Mondoñedo-Ferrol, Fernando García Cadiñanos, reconoce que “no podemos mirar para otro” ante los accidentes laborales mortales, siempre “demasiados y terribles”, y llama a la Iglesia y a la sociedad a reaccionar.

En su carta pastoral destaca que el 7 de octubre, Jornada Mundial por el Trabajo Decente, se ha convertido en “una fecha que poco a poco va tomando fuerza en el movimiento obrero junto al Primero de Mayo y otras semejantes”, citas que valora como “ocasiones que nos llevan a reflexionar sobre la realidad compleja del mundo del trabajo en unas circunstancias como las actuales que lo han transformado radicalmente”.

“Sabemos que, por desgracia, todavía se producen numerosos accidentes laborales, muchos de ellos mortales. Siempre son demasiados y terribles para las familias y para los propios compañeros que perciben la precariedad de su trabajo”, dice el obispo en su carta pastoral, para afirmar que “no podemos mirar para otro lado dejándonos llevar por la indiferencia, sino que, como Iglesia y sociedad, hemos de hacer algo”.

El prelado de Mondoñedo-Ferrol se une a las palabras del papa Francisco cuando achaca estos terribles sucesos a que “el trabajo se deshumaniza y, en lugar de ser el instrumento mediante el cual el ser humano se realiza poniéndose a disposición de la comunidad, se convierte en una exasperada carrera por el beneficio”.

El propio Francisco, nos recuerda el titular de la diócesis gallega, afirmaba que “la seguridad en el trabajo es como el aire que respiramos: sólo nos damos cuenta de su importancia cuando falla trágicamente”, y exclamaba que “no podemos acostumbrarnos a los accidentes laborales, ni resignarnos a la indiferencia ante ellos. No podemos aceptar el despilfarro de vidas humanas”.

El obispo recupera el llamamiento del papa Francisco a avanzar hacia un modelo social que prime el cuidado: “No debemos cansarnos de aprender y reaprender el arte de cuidar, en nombre de la humanidad común. La seguridad no sólo está garantizada por una buena legislación, que hay que hacer cumplir, sino también por la capacidad de vivir como hermanos y hermanas en el lugar de trabajo”.

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Así, García Cardiñano llama a “implicarnos en esta urgencia de ir creando entre todos una sociedad de los cuidados”. Cita a los empresarios que “tienen un cometido importante en esta tarea”, reconociendo que “exponen mucho de sí mismos para crear empleo y riqueza, para promover el desarrollo social”, por lo que agradece su “vocación” y su “trabajo al servicio de todos”.

También apela a los trabajadores, que “tienen un compromiso importante velando y cuidando los espacios laborales para que nos humanicen y creen comunidad”, y por supuesto, a “los agentes sociales y la sociedad entera”, que “deben comprometerse por erradicar esta lacra entre nosotros con una legislación oportuna y real”.

García Cardiñanos recuerda la labor de la Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente en defensa de un empleo “acorde a la dignidad de cada persona” y entiende que, de esta manera, “la Iglesia se posiciona también en el espacio de lo público haciendo que la fe y el seguimiento de Jesús se descubra en su dimensión humanizadora”.

Porque, argumenta, “creer no nos aleja del mundo ni nos separa de él: nos ayuda a mejorarlo y a comprometernos en su transformación para ir edificando, en el aquí y ahora de nuestra historia, el proyecto del Reino de Dios”.

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