Los obispos españoles animan a comprometerse por el trabajo decente

Los obispos españoles animan a comprometerse por el trabajo decente
Diversos prelados de las diócesis españolas han dedicado sus cartas pastorales y mensajes a la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, animando a la comunidad cristiana a reforzar su compromiso para que el empleo de calidad, con derechos, llega a todas las personas, en especial, a las que más lo necesitan.

El obispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio Barrio, considera que “está surgiendo en el mundo un movimiento por el trabajo decente”, del que forman parte también entidades de inspiración cristiana.

Así, recoge el hecho de que la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente considere que “es urgente abordar esta situación y centrar sus reflexiones, sus dinámicas en la promoción de la dignidad del trabajo” y recuerda “el compromiso de la Conferencia Episcopal Española, a través de su Pastoral del Trabajo, para hacer crecer este camino sinodal por el trabajo decente”.

Se mantienen “condiciones laborales tan precarias que unas veces rozan la vulneración de derechos y otras hacen imposible el sostenimiento de la vida”

De hecho, remarca que “la realidad actual está visibilizando las consecuencias de un modelo productivo incapaz de generar empleo con un gran valor añadido y marcado por las altas tasas de precariedad laboral” y denuncia que se mantienen “condiciones laborales tan precarias que unas veces rozan la vulneración de derechos y otras hacen imposible el sostenimiento de la vida”.

Igualmente, en su carta pastoral, hace mención a “la propuesta del papa Francisco de estudiar la reducción de la jornada laboral, sin que ello redunde en bajada salarial, como medida de creación de trabajo decente” y la conveniencia de que aflore “el trabajo que se desarrolla en el ámbito de los cuidados y convertirse ya en trabajo decente”. No obstante, reconoce que “mientras no se garantice el derecho a un trabajo decente, se necesita articular redes de solidaridad más ágiles y accesibles que permitan asegurar, frente al descarte y la exclusión, un mínimo imprescindible para la vida digna”.

Para el obispo de Canarias, José Mazuelos Pérez, “la Jornada por el Trabajo Decente es una expresión de la dimensión social de la fe y del compromiso misionero de los cristianos, y hemos de vivirla cada año como un renovado envío a la misión”.

Que “nuestra iglesia y sociedad canaria sea cada día más consciente de la centralidad e importancia que tiene el trabajo para la vida de las personas y familias”.

En su carta pastoral agradecer el trabajo de las entidades promotoras de la Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) y apuesta por que, “desde su carisma”, velen para que “nuestra iglesia y sociedad canaria sea cada día más consciente de la centralidad e importancia que tiene el trabajo para la vida de las personas y familias”.

Igualmente llama al pueblo cristiano a “orar por el cambio en las mentes y en los corazones que haga posible una forma nueva, evangélica y auténticamente humana, de organizar el sistema económico y del trabajo”.

El obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente, Obispo de Segorbe-Castellón, denuncia que “con frecuencia, el empleo ya no asegura la integración social”, entre otros factores, por “La precariedad del mismo, caracterizada sobre todo por la temporalidad, y los bajos salarios”.

“Se necesita una economía con rostro humano”

En esta situación, remarca es urgente “recuperar la primacía de la ética en la actividad económica”. “Se necesita una economía con rostro humano, que sitúe en el centro de la misma a las personas y no al ídolo del crecimiento, del dinero y de la ganancia a cualquier precio”, clama el pastor de esta diócesis, quien advierte que “la idolatría del dinero quita dignidad e impide crear empleo”.

Así, invita a reflexionar por las condiciones de un trabajo decente para todos y a comprometerse para “configurar con el espíritu del Evangelio el trabajo humano” y aboga por el cambio de las mentes y los corazones, de modo que “haga posible una forma nueva, evangélica y auténticamente humana, de organizar el sistema económico y del trabajo”.

Para Luis Argüello, obispo de Valladolid, además de tener en cuenta “las condiciones laborales, el respeto a la vida familiar, la seguridad en el trabajo y la situación de tantos trabajadores inmigrantes y sin papeles que deberían ser “regularizados”, “es necesaria una gran transformación en el respeto a la dignidad de la vida humana, en los estilos de vida y en la forma de organizar la casa común”, con la vista puesta en que el trabajo exprese y cuida la dignidad integral de cada persona.

“Hay que retribuir muchas actividades relacionadas con el cuidado de la vida a través de un salario familiar”

El prelado de Valladolid afirma que “la dignidad de la persona exige su promoción a través de toda actividad humana, el trabajo y el empleo. Y retribuir muchas actividades relacionadas con el cuidado de la vida a través de un salario familiar”.

Como no, entiende que la presencia y testimonio en la plaza pública ha de hacer visible los compromisos que “contribuyan al trabajo digno de todos, que haga posible una vida familiar y social en la que resplandezca el bien común”.

El obispo de Salamanca, José Luis Retana, insiste en su carta pastoral en “un aspecto fundamental para la vida de millones de personas, como es el trabajo, tiene que convertirse también en una aspiración común para la Iglesia”, por lo que llama a las comunidades cristianas a “informar, visibilizar y hacer llegar el mensaje por la defensa del derecho al trabajo decente”.

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Previamente, había señalado la necesidad de “crear empleo, promover el empleo y generar oportunidades para que hombres y mujeres trabajen en libertad, igualdad, seguridad y dignidad”, especificando, al tiempo, que más allá del ingreso económico que genera, el trabajo ha de ser “fuente de autoestima y de dignidad personal, de paz en la comunidad y de cohesión en la sociedad”.

De ahí que haya resaltado que “todos estamos llamados a la conversión personal y a trabajar juntos para que el respeto a la sagrada dignidad humana sea una realidad posible, en todas y para todas las personas, cada día”.

“Hacen falta muchas y diversas voluntades que sepan encontrar la unidad en la pluralidad para salvaguardar el valor del trabajo humano”

Es más, indica el titular de la diócesis de Salamanca que “el desafío es tan grande que hacen falta muchas y diversas voluntades que sepan encontrar la unidad en la pluralidad para salvaguardar el valor del trabajo humano”.

Por su parte, el obispo de Coria-Cáceres, Jesús Pulido Arriero, ha destacado, en un misiva a sus fieles, que “el trabajo decente, en fin, tiene relación con el cuidado de la casa común. La acción humana no puede desvirtuar y mucho menos destruir la obra divina. “Cultivar” y “custodiar” (Gén 2,15) son dos acciones complementarias que permiten al ser humano cooperar en la creación divina y, a la vez, disfrutar de sus dones”.

Hace falta la colaboración de todos, “también la Iglesia y cada cristiano”

Consciente de que “son muchos los factores que influyen, limitan y dificultan hoy que el trabajo sea digno, estable, justo, y que llegue a todos” por lo que insisten que “la solución no sólo está en manos de la política, de la patronal, de los sindicatos o de los diversos agentes del mundo del trabajo”, sino que pasa por la colaboración de todos del que forma parte, subraya, “también la Iglesia y cada cristiano”.

El obispo de Sevilla, Jesús Saiz Meneses, recuerda que “el trabajo es un derecho de todos los hombres y mujeres, propio del ser humano creado a imagen y semejanza de Dios”, por lo que afirma que “debe de ser ejercido siempre con honradez y rectitud, evitando toda práctica ilícita o inmoral que perjudique al prójimo y ofenda a Dios Creador”.

El trabajo debe ser recompensando “como corresponde y procurando que éste pueda ser desarrollado en condiciones óptimas para la salud y bienestar del trabajador”

Es por ello, por lo que al reclamar decencia para el mundo del trabajo, entiende que afecta tanto a la persona trabajadora, siendo “competente y responsable en su labor”, como a la figura del empleador, de la que dice, “ha de proceder con justicia en cuanto a las condiciones laborales, es decir, conforme a la verdad, recompensando el trabajo como corresponde y procurando que éste pueda ser desarrollado en condiciones óptimas para la salud y bienestar del trabajador”.

El titular de la diócesis sevillana, en su mensaje a los fieles, matiza que por la dignidad intrínseca al trabajo, que además de una dimensión social, tiene también una dimensión sobrenatural, no puede considerarse trabajo digno aquel que “atenta contra el medio ambiente o es causa de pobreza para sociedades más desfavorecidas que la nuestra, dificultando la vida y el desarrollo de sus habitantes por el solo hecho de aumentar los beneficios”.

Fernando García Cadiñanos, obispo de Mondoñedo-Ferrol, ante “un presente y un futuro dolorosos”, que en su diócesis pueden empeorar más todavía por las medidas propuestas en los caladeros, señala que ” hay que acoger y apoyar las iniciativas del papa Francisco, que invita a la renovación del orden económico desde otro paradigma más humano, en lo que se está llamando “la economía de Francisco”.

Invita a los accionistas a renunciar a “réditos injustos que deshumanizan y provocan dolor”

El obispo invita a los sindicatos a que fomenten convenios y acuerdos alcanzables, “buscando siempre el bien justo de todos los trabajadores”; a los empresarios, a que profundicen en la compresión de la empresa como “comunidad de personas”; a los accionistas, a renunciar a “réditos injustos que deshumanizan y provocan dolor”; al Estado, a fomentar el pleno empleo, “promoviendo políticas fiscales y laborales que acojan las legítimas reivindicaciones de los implicados”; a la sociedad, en general, a fomentar “una conciencia social que posibilite una auténtica fraternidad; y a la propia Iglesia, a estudiar y asimilar su propia Doctrina Social.

Igualmente, subraya que la construcción del Reino de Dios que, supone el seguimiento de Jesús, “se proyecta en el más allá, pero que tiene sus lógicas consecuencias en el ordenamiento de la sociedad”, que es la la que hoy “nos da horizonte, claves, esperanzas y fuerzas para seguir trabajando por la justicia”.

Agenda del día

Convocatorias y actos convocados por la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente en las diócesis.

 

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