Hubo un tiempo, pues, en que el amor afectaba a las riquezas. ¡Qué tiempos bárbaros aquellos! El rico decía: «Vale más ser manco o tuerto, pero rico, que un pobre
Àlvar Miralles
Hambriento de Evangelio, sediento de verdad camina con su manto de sentido común. ¡Cuántos, oh Dios! sin perro que les ladre se han sentado a la vera del camino, simples
No quiso dejarnos Jesús su ropa bendecida, por su piel Con ella pagó los gastos de su última enseñanza, De él no quedó nada, ni sus huesos, reliquias imposibles; Su
Los suyos, los de su pueblo… se escandalizan de Jesús. ¿Cómo es posible que ese «obrero manual», ese hijo de la María, exhiba esa sabiduría y realice tales portentos? Se
De Amós sabemos pocas cosas, lo de siempre en los profetas, su nombre y poco más de un par de letras que pueda llamar suyas… Pero de él nos interesa
Padrenuestro, que tu Voluntad se haga, rezamos, oramos –algunos cada día– con devota pose, con ahínco liturgón. Tu Voluntad decimos, sin saber lo que decimos… Decires de misa, decires de
La animosa dinámica de la competición lucrativa, su desmesura orgiástica desbaratando vínculos, asesinando límites… han puesto en riesgo mortal la vida del planeta. Esta es nuestra situación, a esto nos
Antes de salir del agua, de Jesús solo sabíamos que venía de Nazaret. ¿Quién era? Uno de tantos obreros que se ganan la vida trabajando con sus manos. Pero cuando
Médicos y enfermeras y auxiliares levantan su voz, y con razón, porque les faltan los medios. Ellos pueden curar, pero no hacer respiradores. Quienes saben hacer respiradores son los ingenieros.
Vamos a despertar, amigos, que es tiempo de caminos. La mies es abundante, los obreros pocos, como siempre. Dura es la tarea y el jornal, ya se sabe, pendiente de