Voices: el valor, la pasión y la dignidad que el trabajo aporta a nuestras vidas

Voices: el valor, la pasión y la dignidad que el trabajo aporta a nuestras vidas
El Papiro de la Huelga de Turín, el registro de la primera huelga conocida por alimento en el Valle del Nilo durante el 29º año del reinado de Ramsés III. Siglo XII a.e.c. (c.1198-1166 a.e.c.) © F. Taverni, Museo Egizio
Voices es la plataforma multimedia que acaba de lanzar la OIT para visualizar historias que revelan el valor, la pasión y la dignidad que el trabajo aporta a nuestras vidas, se centra en las personas y en sus experiencias contadas con fotografías, vídeos y textos.

El portal tiene una estructura muy funcional y visual con dos únicas secciones, Historias y Pódcast, que llenan de contenido la página inicial de Voices. Abre con el relato destacado de Fátima Hussein Al Ahmad y su determinación para suministrar alimentos pese a la COVID-19. Mujer trabajadora refugiada que proviene de Siria y convive con su esposo y sus cuatro hijos de corta edad en la explotación agrícola jordana en la que trabaja, con otros 50 trabajadores. Por la pandemia “pasamos por un período complejo. Tuvimos que pedir prestado dinero. Teníamos gastos que sufragar. Como madre, tenía que obtener ingresos para comprar leche a mi hija y satisfacer las necesidades de mis hijos. Comencé a hacer todo tipo de trabajos. Ayudé a mi marido y al propietario de la explotación a cuidar del ganado, y a cambio me daban leche, que utilicé para elaborar yogures y queso. Vendía mis productos en la aldea de Sabha y luego iba a la farmacia a comprar leche para mi hija. También tuve que afrontar una gran presión en casa. Tenía que cocinar y limpiar y desinfectar la casa dos veces por día. En los dos primeros meses de la pandemia no tuvimos suficiente pan, así que lo cocinaba yo para los niños cada dos o tres días”.

Relatos y experiencias. Voces del mundo del trabajo

A la historia de Fátima le siguen seis voces del mundo del trabajo. Una historia de igualdad y diversidad, contado por Paola Carosella, cocinera argentina que colabora con la OIT en el marco del proyecto Cozinha e Voz (Cocina y Voces) para facilitar la incorporación al mercado laboral y encontrar un trabajo digno a personas sin hogar, mujeres que han sido objeto de abusos, lesbianas, homosexuales, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI). “Considero que la diversidad es el mejor ingrediente, tanto en la cocina como en la vida. Trabajar con personas de orígenes muy diversos fomenta el desarrollo personal”, dice.

Los tres experiencias siguientes nos acercan a la dura realidad de trabajo infantil: En las minas de jade de Myanmar, el drama de Min Min, un niño de 13 años, que escarba para buscar restos de piedra de jade. “Todo depende del tamaño de las piedras que encontramos, si son muy grandes la empresa minera nos quita la mitad de lo que ganamos. Arriesgamos nuestras vidas por estas piedras. Anoche murió un hombre. Lo vi con mis propios ojos”, cuenta Min.

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Ridma Weerawardena es un músico de Sri Lanka, país donde hay alrededor de 40 000 niños y niñas realizan trabajo infantil. Su experiencia comienza cuando esta agencia de la ONU le invita a participar en la iniciativa La música contra el trabajo infantil proponiendo, junto a otros músicos, un nuevo tipo de música experimental, fusión entre la música electrónica moderna y la música clásica de aquel país asiático en su implicación para la erradicación del trabajo infantil a través de la música, aunque también con la danza y con diversas actividades comunitarias.

La última experiencia sobre trabajo infantil la realiza Rodrigo Mogrovejo, asesor de la OIT en México y Cuba, con una aportación sobre el estudio de la historia antigua “que muestra que muchos grandes pensadores y líderes estaban en contra de la esclavitud y el trabajo forzoso, y concluyeron que, si el trabajo no era digno, los Estados, tarde o temprano, caerían en la pobreza económica. En otras palabras, establecieron una relación directa entre la dignidad del trabajador y la prosperidad de los sistemas políticos y sociales a los que pertenecían”.

Los dos últimos relatos que cierran esta primera edición de Voices son el de Sergio Razafindramanana, de Madagascar, que cuenta su historia de reinserción mediante el fomento de empleo juvenil en el sector de la construcción; y el de Viorica Anghel, madre soltera discapacitada y apicultora, en Moldavia, con su experiencia de creación de empleo mediante un proyecto empresarial de producción de miel.

Los jóvenes, las grandes víctimas económicas de la pandemia

Junto a las historias mostradas con fotografías, vídeos y textos, Voices ofrece –aunque sin posibilidad de descargar– archivos de audio (pódcast) con diálogos y análisis sobre los grandes cambios que están ocurriendo en el mundo del trabajo, acelerados por la pandemia de la COVID. El primer episodio está dirigido por Isabel Piquer y cuenta con la intervención de la experta en empleo juvenil Susana Puerto, para abordar lo que está pasando con los jóvenes. Millones de ellos han perdido su trabajo y han visto sus estudios interrumpidos y se enfrentan a un presente y un futuro laboral muy complicado.

 

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