Los obispos plantean acompañar a los trabajadores precarios, dialogar con los sindicatos o respaldar la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente

Los obispos plantean acompañar a los trabajadores precarios, dialogar con los sindicatos o respaldar la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente
Foto | CEE
Fieles al envío misionero, documento con las orientaciones y las líneas de acción para la Iglesia de España en los cuatro próximos años, expresa el sentir y el compromiso de responder a cómo evangelizar en la sociedad actual “desvinculada, desconfiada y enfrentada”.
Los obispos plantean acompañar a los trabajadores pobres, precarios y descartados; promover encuentros para el diálogo con sindicatos “compartiendo nuestra visión del trabajo, buscando caminos de humanización en el mundo del trabajo, creando puentes entre la Iglesia y esta realidad social” o respaldar iniciativas como Iglesia por el Trabajo Decente, entra otras consideraciones.

La pregunta ¿cómo evangelizar en la actual sociedad española? es la clave de bóveda del documento de orientaciones pastorales y líneas de acción para la Conferencia Episcopal en el periodo 2021-2025 que pretende dar respuesta a los desafíos del contexto que vivimos en “este tramo del cambio de época”. Un documento –elaborado en clave de ver, juzgar y actuar–, fruto del diálogo, del discernimiento compartido “para aproximarse a la realidad social y eclesial, en comunión con el magisterio del papa Francisco, y  con un planteamiento concreto de compromisos, muy trasversales –cabe destacar–, para “caminar juntos”, es decir, construyendo sinodalidad, y anunciar la alegría del Evangelio desde el testimonio personal –todo el pueblo de Dios está llamado practicarlo–, comunitario e institucional “de Iglesia acogedora y samaritana en la opción preferencial por los pobres” y que impulsa “la formación de un pueblo que vive y propone la Doctrina Social de la Iglesia al servicio de la persona, la familia humana y la casa común”.

Sociedad desvinculada, desconfiada y enfrentada

El capítulo I desarrolla un ver, un análisis del contexto actual basándose en el Informe FOESSA (2019) cuyo diagnóstico es que “nos encontramos en una gran mutación social que tiene como causa profunda una sociedad desvinculada, desordenada e insegura en la que crece la desconfianza y el enfrentamiento”, debido a un proceso de transformaciones “tecnológicas, económicas y culturales”, que promueve “el sistema económico dominante” y una  nueva compresión de la persona y la familia, “inseparable del sistema de producción y consumo, afecta a la vida, los afectos, el trabajo y el descanso”; su propuesta de estilo de vida individualista y consumista en un contexto de cultura dominante “relativista”, sin valores absolutos, donde todo “está en función de la percepción subjetiva de cada uno y de los intereses de los grandes grupos de poder” y que descarta a “los más débiles y pobres”.

En este capítulo se expresa el cambio de paradigma y la concepción del trabajo, la falta de perspectivas de futuro, las “nuevas situaciones de pobreza”, junto con la imposición de un paradigma tecnocrático que “hace emerger lo que algunos llaman un capitalismo moralista que no solo regula la producción y el consumo, sino que impone valores y estilos de vida”. Además, analiza las consecuencias de esta gran transformación, que con el impacto de la COVID, “ha resaltado la importancia de muchos trabajos no muy valorados”, a pesar de que “los oficios y profesiones han propiciado servicios esenciales para la sociedad”; en la situación política y social del país; y la eclesial, señalando algunas debilidades propias.

Hacernos prójimos y germinar un ‘nosotros’

El capítulo II se dedica a juzgar la realidad descrita a la luz del Evangelio, el abundante magisterio del pontificado de Francisco (Evangelii gaudium; Gaudete et exsultate; Amoris laetitia; Christus vivit, Laudato si’, Fratelli tutti, entre otros documentos señalados) y los trabajos de la propia CEE, como el Congreso de laicos: Pueblo de Dios en salida, con “la centralidad de los cuatro itinerarios en todas nuestras acciones pastorales (primer anuncio, acompañamiento, procesos formativos y presencia en la vida pública) o la instrucción pastoral Iglesia, servidora de los pobres en la actual situación de crisis económica y social, entre otras menciones.

El anuncio del Evangelio, dice el documento, se realiza “a personas que viven realidades que el Papa nos presenta como verdaderos signos de los tiempos”. En concreto, la “conversión, la fraternidad y la misión” son “la familia (niños, jóvenes, ancianos), los migrantes y descartados y la casa común de la familia humana”. “El Papa nos invita a salir de nosotros y hacernos prójimos para germinar un ‘nosotros’ que piense y geste un mundo abierto desde el ejercicio de la caridad política y la amistad social” (Cfr. Fratelli tutti). Una invitación a acompañar, para “ponernos a la escucha de las necesidades de nuestra sociedad en la perspectiva del bien común e iluminados por la Doctrina Social de la Iglesia”, que precisa “de testimonio personal”, “pueblo que la encarne y la ofrezca a la sociedad en la que vive como experiencia al menos germinal”.

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Prioridades y líneas de acción

El capítulo III, plan de Acción; el IV, la reforma de la Conferencia Episcopal Española; y el V, Líneas de trabajo y acciones de las comisiones episcopales, concretan las claves, prioridades y compromisos en este periodo para “anunciar al Dios encarnado”, que nos “sostiene”, propone un “nuevo horizonte a la vida”, ofrece “el testimonio de vida fraterna y entregada” y cuya comunidad cristiana se convierte en un “ámbito de escucha y encuentro”, expresión del amor de Dios.

Para ello, las prioridades que se plantean son la evangelización “que reclama santidad, testimonio personal y vida comunitaria”; impulsar la iniciación cristiana; la propuesta de la vida como vocación; en salida misionera con “presencia en la vida pública, personal, comunitaria e institucional al servicio del bien común”; el testimonio personal e institucional de Iglesia acogedora y samaritana en la opción preferencial por los pobres. Impulsar la formación de un pueblo que vive y propone la Doctrina Social de la Iglesia al servicio de la persona, la familia humana y la casa común; la organización y participación en el próximo sínodo de los obispos: Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión; la elaboración de un plan de comunicación de la Conferencia Episcopal Española. El acompañamiento integral (personal, material y espiritual) a todos los afectados por la pandemia. Y por último, la organización de las Iglesias particulares al servicio del Pueblo de Dios.

Adquiere relevancia la reforma de la CEE para “avanzar en la forma de trabajar” en el interior y entre las comisiones episcopales, que promueva una mejor coordinación, trabajo en equipo, confianza, motivación y profesionalización… que permita vivir las DSI y el cuidado de la casa común.

Acompañar a los trabajadores pobres; promover encuentro con los sindicatos y respaldar ITD

De las distintas líneas de trabajo y acciones de las comisiones episcopales, junto al trabajo transversal entre ellas, destacan la de Pastoral Social y Promoción Humana, integrada por dos subcomisiones y once departamentos. Esta comisión se marca como prioridades la presencia en la vida pública al servicio del bien común. El acompañamiento integral, el testimonio personal e institucional. El impulso de la formación en Doctrina Social de la Iglesia. La búsqueda del desarrollo humano integral, especialmente de los más pobres y descartados. Promover la cultura del encuentro y contribuir a “la sociedad de los cuidados”.

Para ello, pretende conocer y visibilizar situaciones y lugares donde se vulneran derechos; fomentar espacios de acogida y acompañamiento de los trabajadores pobres, precarios y descartados, promover encuentros para el diálogo con los sindicatos “compartiendo nuestra visión del trabajo, buscando caminos de humanización en el mundo del trabajo, creando puentes entre la Iglesia y esta realidad social”; respaldar y acompañar iniciativas como Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), Migrantes con derechos…; promover el trabajo decente y la economía del cuidado.

En esa dinámica de trabajo compartido con la Pastoral Social hará especialmente hincapié en la coordinación con la de Laicos, Familia y Vida, promoviendo y potenciando la Acción Católica General y la Especializadas (en la que se enmarca la HOAC, la JOC o la JEC, entro otras); apoyando estrategias de incidencia en relación con el ingreso mínimo, vivienda, empleo de hogar, migraciones, cambio climático, desarrollo y la Carta Social Europea.

 

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