Iglesia de Palencia: “Ninguna persona debería perder la vida en su puesto de trabajo”

Iglesia de Palencia: “Ninguna persona debería perder la vida en su puesto de trabajo”
El secretariado para la Pastoral Obrera y del Trabajo de la Iglesia de Palencia manifiesta su solidaridad y sus condolencia a los familiares y compañeros del último trabajador fallecido por accidente de trabajo.

Ayer, 7 de noviembre, perdía la vida en accidente laboral un trabajador de 45 años de la fábrica del Grupo Siro en Aguilar de Campoo. Según se ha podido conocer, alrededor de la 11:30 de la mañana, el trabajador era sepultado por varios palés mientras realizaba tareas en el almacén de la nave de la fábrica galletera.

“Ante todo, queremos manifestar nuestro reconocimiento y homenaje a este trabajador, porque morir en accidente de trabajo es morir en acto de servicio a la sociedad. También queremos manifestar nuestra solidaridad y condolencia a sus familiares, y a sus compañeros de trabajo. Nos conmueve la muerte de este trabajador, porque creemos que la vida de la persona es el más valioso patrimonio de la sociedad”, expresan desde la Iglesia palentina.

El trabajo no es lugar para morir

Junto a este momento de dolor, de indignación y de repulsa, la Pastoral del Trabajo denuncia que los accidentes laborales no pueden ser aceptado como algo normal, “no es un lugar ‘natural’ para morir”. Ninguna persona debería perder la vida en su puesto de trabajo”. La Iglesia de Palencia considera que es “inhumano” que el mundo del trabajo tenga que “asumir tan alto riesgo en el trabajo. Una sociedad civilizada y humana no puede consentir que ganarnos la vida pueda costarnos la vida”.

Consecuentemente, esta Pastoral Obrera y del Trabajo de toda la Iglesia, “alentada por el espíritu de Jesús a trabajar por un mundo más humano, asume como suya la causa de estas víctimas, y hace una llamada de atención a todos, para que no consintamos nunca que nuestra conciencia se acostumbre a estas muertes”. En este sentido, apuntan la necesidad de incrementar la sensibilización social sobre “la gravedad de la siniestralidad laboral” y la urgencia de “recuperar la valoración efectiva por la actividad laboral realizada por las personas, eliminando los riesgos para su vida, su integridad física y su salud. Preservar la seguridad laboral debe ser un compromiso irrenunciable. Porque los trabajadores, que son quienes sustentan esta sociedad, son personas humanas, y ninguna cosa puede tener más valor. La persona es lo primero”.

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