La política como encuentro, diálogo y servicio al bien común

La política como encuentro, diálogo y servicio al bien común
La DSI considera a la política como algo propio de la naturaleza humana, que comprende todo lo que hace el ser humano para responder a nuestro ser social, y la define como «la actividad del ser humano como ser social y vocacionado a la comunión para construir la vida social en favor de la dignidad de las personas».

La política no se circunscribe exclusivamente a la acción política desde una institución, sino que va más allá de la mera acción política institucional; es necesario crecer en conciencia de ello. Así mismo, desde la acción política en una institución es fundamental crecer en la actitud necesaria para potenciar y promover la «política con mayúsculas», la política en el sentido expresado más arriba, en todos los ámbitos de la sociedad: institución, sociedad civil organizada y no organizada.

Para la mayoría de la sociedad, la política es una realidad que se percibe como algo prescindible, algo ajeno, alejado de su vida, de sus intereses y preocupaciones cotidianas, una realidad que no contribuye a resolver sus problemas cotidianos, ni a mejorar su situación vital.

El papa Francisco hace referencia a este problema en Fratelli tutti, 176 y nos invita a una profunda reflexión: «Para muchos la política es hoy una mala palabra y no se puede ignorar que detrás de este hecho están a menudo los errores, la corrupción, la ineficiencia de algunos políticos. A esto se añaden las estrategias que buscan debilitarla, reemplazarla por la economía o dominarla con alguna ideología. Pero, ¿puede funcionar el mundo sin política? ¿Puede haber un camino eficaz hacia la fraternidad universal y la paz social sin una buena política?».

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Y por eso recuerda muchas veces que la política «es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común» (Evangelii gaudium, 205).

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