El Congreso convalida el RDL de la reforma laboral

El Congreso convalida el RDL de la reforma laboral
El Gobierno ha sacado adelante este jueves en el Congreso la reforma laboral por un solo voto y gracias a un error en el voto telemático de un diputado del PP. La votación ha sido muy ajustada, con 175 votos a favor y 174 en contra, y con resultado no esperado, ya que finalmente los dos diputados de UPN han decidido, en una práctica de transfuguismo, no acatar la disciplina de voto y votar en contra.

Esto habría dado un vuelco a la votación: el bloque del “no” a la reforma laboral habría alcanzado 175 votos, por los 174 de los partidarios por convalidarla. Sin embargo, un diputado del PP ha acabado apoyando la reforma, según argumenta la portavoz  de su grupo parlamentaria, por “por un problema técnico” en la votación telemática.

En un primer momento, al anunciar la presidenta del Congreso, Meritxell Batet que la reforma había sido derogada, la bancada del Partido Popular y de Vox estalló en aplausos y vítores. Segundos más tarde, los servicios jurídicos de la Cámara aclararon que realmente, los votos a favor eran más que los votos en contra, anunciándose entonces la convalidación de la reforma. Desde los escaños del PSOE y Unidas Podemos acabaron coreando “¡Sí, se puede!”, como reacción a los aspavientos primeros de los partidos de derechas.

Convalidación de la reforma laboral sin cambios

Para la convalidación, el Gobierno ha sumado los votos de PSOE (120), Unidas Ponemos (34), Nueva Canaria (1), Partido Regionalista Cántabro (1), Teruel Existe (1), Ciudadanos (9), Coalición Canaria (1), Más País-Equo (2), Compromís (1) y PDeCAT (4). En contra han votado PP (88); Vox (52); Esquerra Republicana (13); PNV (6); EH-Bildu (5); Junts (4); CUP (2); Unión del Pueblo Navarro (2), rompiendo la disciplina de voto ; Foro Asturias (1); BNG (1) y Grupo Mixto (1).  Asimismo, tal y como pretendía el Gobierno, el Congreso ha rechazado la tramitación de la reforma como proyecto de ley, impidiendo así posibles enmiendas y respetando en su integridad el acuerdo alcanzado en la mesa del diálogo social entre Gobierno, sindicatos y patronal.

Cambio de paradigma

Durante su defensa de la reforma, la vicepresidenta de Trabajo, Yolanda Díaz, ha lamentado las “rivalidades políticas” que, a su juicio, han impedido el respaldo al decreto ley, y ha defendido que “si una norma contiene avances, hay que votar a favor”.

La norma, ha asegurado, supone “un cambio de paradigma” a la “cultura de la precariedad”, pues nunca antes en las reformas laborales aprobadas en España se habían puesto tantas limitaciones a la temporalidad y al trabajo precario. Asimismo, ha puesto en valor la “generosidad” de los sindicatos CCOO y UGT y las patronales CEOE y Cepyme, a cuyos dirigentes ha agradecido personalmente el esfuerzo por pactar la reforma.

La alternativa, ha dicho a Díaz, era “confirmar para siempre” la reforma laboral de 2012 del PP, que “instituyó aquel nocivo mantra” del “mejor un trabajo de miseria que nada”, llegando a asegurar que “la encrucijada” en la votación en el Congreso era su reforma o un aval de la reforma aprobada hace ya diez años.

PP anuncia una proposición de ley con la llamada “mochila austriaca”

Recurriendo al turno en contra, la portavoz del PP, Cuca Gamarra, ha dicho que la vicepresidenta parecía “insegura” y “nerviosa” porque “sabe que ha traicionado a los suyos” con la reforma laboral y ahora sus votantes la ven “al frente de la Troika”. Además, ha avanzado que de llegar al Gobierno el PP abordará una nueva reforma con la llamada “mochila austriaca”, propuesta que los ‘populares’ han decidido impulsar a través de una proposición de ley en el Congreso.

“Estoy muy contenta, soy hija de trabajadoras”, ha replicado Díaz, que ha recogido el guante lanzado por el PP para asegurar que la reforma de 2012 “no está pensada para crear empleo”, sino bajar salarios, y ha acusado al PP de querer subvencionar el despido de miles de trabajadores con su mochila austriaca.

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PNV, ERC y EH-Bildu suben el tono contra el Gobierno

ERC, PNV y EH-Bildu, socios habituales de la coalición, no han avalado la reforma y han cargado contra el Ejecutivo por impedir modificaciones. En el caso del PNV, su portavoz Aitor Esteban ha lamentado la “hipocresía” del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, desvelando que, en privado, sí reconoce que la prevalencia de convenios autonómicos no suponía ninguna ruptura de mercado. Reconociendo su gusto por el contenido de la reforma y su aprecio por los consensos, ha criticado que “los consensos no se imponen, menos en un Parlamento democrático”, tachando de “chantaje intolerable” que la CEOE impusiera que no se pudiera tocar “ni una coma”, y criticando que el propio Pedro Sánchez se sumara a él.

Gabriel Rufián, portavoz de ERC, ha dicho que con la reforma PSOE y Unidas Podemos han “intentado estafar” a los trabajadores”, pues cree que la reforma no pasa de ser “un retoque”, y encima no permiten negociar cambios. “Esto no ha sido un proceso de negociación”, ha dicho, sino “de presión”. El diputado catalán ha criticado las renuncias del Gobierno para derogar aspectos de la reforma del PP, como el recorte de las indemnizaciones o el fin de los salarios de tramitación, y ha asegurado que la reforma que ha defendido Yolanda Díaz “es la reforma que hubiera aprobado Albert Rivera de presidente”.

Por Bildu, Oskar Matute ha lamentado que se dé “más valor a la patronal” que a los socios, en una práctica que “evoca a los Pactos de la Moncloa y el Régimen del 78”: “No estamos aquí para aceptar las cosas que no podemos cambiar, sino para cambiar las cosas que no podemos aceptar”, ha concluido, citando a Angela Davies.

Una norma de los agentes sociales

Por el bloque del “sí”, la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha asegurado que la reforma “es la norma menos sanchista de la legislatura”, ya que “no es una norma de Sánchez, ni de Yolanda Díaz ni del Gobierno”, sino “de los agentes sociales” que la han acordado.

Ferrán Bel, del PDeCAT, ha puesto en valor este acuerdo, reivindicando que estos consensos “deberían cotizar al alza”, unas palabras en la línea de las expresadas por Teruel Existe, Nueva Canarias, Coalición Canaria o el PRC: ¿No nos pedían un acuerdo? Pues aquí lo tenemos”, ha defendido el diputado cántabro José María Mazón

Los diputados de UPN han declinado participar en el debate, en protesta por la decisión adoptada por el presidente de su partido, Javier Espaza, que finalmente no han acatado: “En política lo único que no puedes hacer es algo que no puedas explicar a tus votantes”, se ha excusado Sergio Sayas. Como consecuencia de esta práctica de transfuguismo, la dirección de esta partido ha solicitado a ambos diputados que dejen sus actas.

Empatía con la gente que lleva décadas soportando la precariedad

El PSOE ha defendido el decreto subrayando que se trata de una norma que “cuida a trabajadores y empresas”. Según Esther Peña, la reforma supone “cumplir con trabajadores y empresarios”, pero también “reconstruir consensos perdidos”, y una muestra de los acuerdos que, ha dicho, “hacen crecer al país”.

Para Aina Vidal (Unidas Podemos), supone una “ruptura” con la legislación que desde los años 80 “legitima la temporalidad”, y que “ni es descafeinada ni maquillaje”: “Quien dice eso está despreciando los logros de miles de trabajadores y le falta empatía con la gente que lleva décadas soportando la precariedad”.

Asimismo, ha recogido el guante de aquellos que han reprochado la insuficiencia de la reforma y las promesas incumplidas: “A quienes legítimamente piensan que deberíamos llegar más lejos, les digo que quedan dos años de legislatura. Pueden estar seguros de que no será ni la última ley ni el último derecho que ganemos”, ha dicho.

 

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